Remote Madrid: el descubrir introspectivo de la ciudad

remote madrid
Recorrer las calles de Madrid de una manera sensorial y reflexiva teniendo como guía una voz artificial. La propuesta del siempre innovador colectivo alemán Rimini Protokoll permite al participante descubrir la ciudad con otros ojos.

La propuesta del colectivo alemán Rimini Protokoll, Remote X, llega a la capital después de haber viajado por varias ciudades europeas. Lo hace bajo el nombre de Remote Madrid y de la mano del centro cultural Conde Duque. Es una pieza de teatro «inmersivo» difícil de clasificar y que se adapta a cada ciudad en la que se desarrolla. En esta ocasión, el centro de Madrid es el escenario donde los participantes viven una auténtica experiencia sensorial mientras realizan un trayecto de aproximadamente dos horas y media, desde el Cementerio Británico de Madrid (en el barrio de Carabanchel) hasta el Centro Cultural Conde Duque.

Un grupo de personas (máximo 50), unos auriculares y la presencia constante de una voz artificial que los va guiando por las distintas calles y plazas. A simple vista el planteamiento parece sencillo, pero la ejecución encierra un complejo entramado técnico en el que todo está controlado de forma milimétrica con el objetivo de que la narración de la voz artificial se ajuste en cada momento a todo lo que acontece en tiempo real.

Quien quiera formar parte de Remote Madrid debe hacerlo de una manera abierta, con afán de dejarse llevar por lo que se propone a través de los auriculares. La idea de que se trata de un simple paseo por la ciudad debe ser descartada. Es mucho más que eso. Es un recorrido personal, intrínseco y reflexivo.

A lo largo del camino, la extraña voz cuestiona al oyente sobre las formas que tenemos los seres humanos de interaccionar con nuestros similares y, también, con nuestro entorno. Además, plantea una reflexión sobre las estructuras sociales (grupos, manadas, rebaños), presentes también en los comportamientos animales, y deja en el aire una serie de preguntas que cada cual puede contestarse (o no) a sí mismo: ¿Somos individualistas o apostamos más por el grupo?; como seres humanos, ¿somos realmente conscientes de nuestra fecha de caducidad? y, si es así, ¿cómo convivimos con ello?; ¿qué sentimientos nos despierta ser seres finitos frente a la imperecedera inteligencia artificial?

A través de los auriculares se disfruta también de una banda sonora compuesta por diferentes ruidos de la ciudad. Son grabaciones en sonido binaural que confeccionan un auténtico paisaje sonoro de lo cotidiano y que armonizan y envuelven todo el trayecto, propiciando que cada detalle se magnifique y poniendo en alerta todos los sentidos.

Casi hipnotizados por la sensación auditiva, los participantes van pasando de lo real a lo ficticio; de lo terrenal a lo divino; de lo estático y contemplativo al movimiento feroz de una carrera colectiva. Todo esto haciéndole un guiño (puede que inconsciente) al gran Calderón de la Barca, instando al grupo a observar el mundo como de un gran teatro se tratase, un teatro en el que cada uno asume su rol.

Al final del trayecto, la voz robótica, al principio tan fría e impersonal, se torna más cálida y amistosa, planteando así (esta vez de forma indirecta) otra cuestión: ¿Hasta qué punto es posible encariñarse con la voz de un sistema operativo? Seguramente el Joaquín Phoenix de Her sabría respondernos.

Remote Madrid se podrá experimentar hasta el 7 de abril. Más información aquí.