Tanto la serie The Good Wife como la que surgió posteriormente compartiendo algunos de los personajes, The Good Fight, han pasado a la historia de la televisión como auténticas piezas de culto. Y con razón. Su nivel era excelso y el éxito, por una vez, surgió de la extrema calidad de sus guiones, de la inteligencia de cada secuencia y de un elenco seleccionado a la perfección. Ahora ha llegado un tercer spin-off de la serie que parte de una premisa completamente diferente. Sí, hablamos de Elsbeth.
Si en las dos The Good (creo que podemos llamarlas así) el foco estaba en cómo se adelantaban a los problemas que poco después acuciarían a la sociedad real y cómo trataban desde la perspectiva legal diferentes diatribas del mundo actual consiguiendo que el espectador disfrutase, reflexionase y ampliase perspectivas, en Elsbeth nos encontramos algo muy diferente.
Las The Good eran puros dramas legales y en cada capítulo se resolvía un caso, además de tener diferentes tramas que abarcaban toda la temporada, desglosando cada decisión, cada investigación y diseccionando todos los puntos de vista posibles. Y por ahí pasó Elsbeth en varias temporadas, una abogada un tanto atípica, torpe en apariencia e inteligente en resolución, cargada siempre de bolsas. Ahora es ella la que lleva la voz cantante en la nueva propuesta del matrimonio King (creadores de toda esta “saga”).
Sin embargo, aunque Elsbeth Tascioni (a la que da vida Carrie Preston) continúa siendo una abogada voraz, le toca cambiar los despachos y los juzgados por la vida de comisaría. Así es como llega a Nueva York (el propio trato hacia la ciudad es parte de la esencia de la serie) para cumplir una misión que aparentemente trata de revisar las acciones de un grupo de policías. Solo que, teniendo sus habilidades, es fácil suponer que enseguida se convertirá en su mejor recurso para resolver sus casos.
Y es que de eso va la serie Elsbeth, al más puro estilo procedimental, un asesinato por capítulo, varios sospechosos y la habilidad innata de la protagonista para desvelar al asesino. Sí, al más puro estilo whodunit. Nada que ver con las The Good y se nota perfectamente que los King no buscaban una continuidad sino explorar otro tipo de propuesta. En la que, de nuevo, lo bordan. Porque se trata de una serie ligera, llena de actores conocidos, tramas sencillas bien ejecutadas y una pasión por Nueva York que ya en sí misma puede ser un motivo para adentrarse en la serie.
Eso sí, que nadie espere la complejidad de sus antecesoras, ni sus inteligentísimos diálogos, ni apasionarse con alguno de sus protagonistas. Elsbeth llega, y ya tiene confirmada una segunda temporada, para aportar su frescura y el más puro entretenimiento.
