¿Qué es el Movimiento Petrushaus?

Mensajes que invitan a agarrar el presente con las manos empapelan las calles de varias ciudades españolas. ¿Quién los manda?

Por favor, no abusar de Internet”. “Por favor, no votar basura”. “Por favor, baje su consumo”. Quien haya caminado recientemente por las calles de Barcelona, Berlín, Bruselas, Buenos Aires, Granada, Madrid o Málaga se habrá topado con alguno de estos mensajes empapelando las paredes. En tipografía negra y sólida y sobre colores tropicales, todos remiten a una misma fuente: el Movimiento Petrushaus.

De apenas veinte búsquedas mensuales el término ha pasado a generar cientos de consultas en Google este verano. Detrás de él está el artista bonaerense Ale Giorgga, que explica a Nokton Magazine que escogió el afiche -en Argentina y buena parte de Latinoamérica se llama así a los carteles con mensajes- como soporte para frases que buscan “poner en evidencia diversas problemáticas socioculturales contemporáneas”. Algunos ejemplos de ellas: las drogas, la era digital, la política y la sostenibilidad.

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“Los afiches tipográficos en Argentina han sido la plataforma histórica de diversos contenidos publicitarios, de política y de expresiones artísticas”, señala Giorgga. Salta a la vista: sus creaciones dan a las calles cierto aire de campaña electoral permanente (“Para todos todo”) o de anuncio de jabón milagroso (“Brillo especial”). También hay algo de psicodelia en ellos, en el arco iris de colores que yace tras los mensajes, a veces también lisérgicos (“Escape aquí”), y un ligero aire a portada de libro de autoayuda de la década de los noventa. Algo que se mueve con sorprendente comodidad entre la ironía y la inocencia, y cuya ubicuidad no debe engañar: Giorgga busca fomentar un método de impresión en el que cada pieza se elabore de forma única; las tipografías, por ejemplo, tienen “características artesanales”.

“La obra está pensada para convivir en la calle con múltiples estímulos visuales y comunicacionales”, comenta Giorgga. Su trabajo consiste en buscar siempre una manera sencilla de lograr dos objetivos: “por un lado, generar impacto en la gente y, por el otro, provocar un shock de reflexión sobre lo que se comunica”. El desafío permanente al que se enfrenta es el de enunciar conceptos sobre los temas de los que trata la obra en pocas palabras. “Los afiches transmiten de manera directa y simple el mensaje, proponiendo un sinfín de interpretaciones según el interlocutor y su contexto”.

El Movimiento Petrushaus debe su nombre al tiempo que Giorgga pasó en 2012 en una casa en Villa Ballester, una ciudad cercana a Buenos Aires, donde hoy se localiza el grueso de sus afiches, cuyo propietario se apellidaba Petrus. En alemán, haus significa casa. La autoría del proyecto corresponde a Giorgga, pero el artista explica que el Movimiento involucra a más participantes en su producción, y que además está pensado para propiciar que otros artistas y colegas intervengan en las frases y en la acción que se desarrolla en la calle. Por ejemplo, fue él mismo quien realizó las intervenciones que hoy pueden verse en las calles de Barcelona, pero las de Berlín, Bruselas, Málaga, Granada y Madrid, entre otras, se deben a las colaboraciones de terceros. Una red en “expansión permanente”.

Fotos: cortesía de Ale Giorgga.

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