Porqué ‘Élite’ es ese chupito que no ibas a volver a tomarte

La serie Élite engancha.
La serie Élite engancha.
No vamos a Bachiller, ni somos ricos, ni salimos entre semana. Pero no podemos resistirnos a la serie 'Élite', ¿por qué estamos enganchados?

…y que el sábado siguiente estaba de nuevo en tu mano. No estamos en bachiller (probablemente ha pasado una cifra de dos dígitos desde que dejaste el instituto), no somos ricos, ni vamos a fiestas de piscina entre semana, pero no nos resistimos a verla. La serie Élite ha lanzado su segunda  temporada y aunque tras la primera es fácil que te dijeses que “va, no voy a verla más” porque en los momentos de raciocinio te parece banal, has vuelto a caer. Con motivo.

Seas seguidor o no del género high-school si eres un adicto a las series habrás caído en alguna de estas últimamente, más aún si te dejas llevar por el catálogo de Netflix. Quizás empezaste Por trece razones, o puede que hayas devorado Euphoria, aunque en este caso el sello HBO hace que solo parezca adolescente porque sus protagonistas lo son. Pero seguro que has estado a punto de dar al clic a Élite, o que ya lo hayas hecho. Más si eres mayor de 25 y has visto la publicidad con la que Netflix ha lanzado esta última temporada en la que actores de Al salir de clase, UPA Dance o Física y Química han tomado por unos minutos los personajes del instituto Las Encinas.

 

Por usar tópicas frases célebres propia de Messenger (léase ahora Whatsapp o Instagram) “el corazón tiene razones que la razón desconoce” –Blaise Pascal-, y es que la lógica no parece generar mucho interés por un producto cargado de lo de siempre; gente guapa, fiestas, dramas sentimentales, sexo y poca madurez, y sin embargo es difícil no darle al “ver siguiente capítulo”. El corazón ha hecho que de alguna manera nos enamoremos platónicamente de esos niños pijos de los que en la realidad huiríamos.

Es cierto que ese porcentaje de misterio que incluye cada temporada es un gran aliciente para no resistirse a dejarla hasta el final, y es cierto también que está perfectamente medido y atado en el guion. Con ello sus creadores, Carlos Montero y Darío Madrona, consiguen que no nos importe demasiado ver uno más, que aumente el morbo por la vida de esos ricos que sufren. Porque en nuestra televisión siempre nos ha gustado ver a gente que está peor que nosotros.

En realidad, parece que no somos los únicos que no sabemos resistirnos, porque uno de los pocos datos de visualizaciones que ha facilitado Netflix, nada dada a compartir datos de audiencia, fue  sobre la primera temporada de Élite confirmando que en sus cuatro primeras semanas 20 millones de hogares de todo el mundo habían visto al menos un 70% de alguno de sus capítulos.