Cuando te quedas prendada de un libro, es como sentir La llamada, sabes que hasta que no lo termines no dormirás tranquila. Algo así le debió pasar a Brad Pitt cuando decidió que formaría parte de la producción ejecutiva para adaptar a la televisión Dulceagrio. La novela, que en España editó Malpaso, ha cosechado el éxito a lo largo y ancho de Estados Unidos hasta llegar a la categoría de los mejores vendidos. Su autora, Stephanie Danler dio en el clavo al contar una historia ligera pero graciosa, llena de ricas comidas y suculentos vinos.
La experiencia de la autora en un restaurante a su llegada a Nueva York, le valió como punto de partida de la historia de Tess, una veinteañera con poco vivido que decide dar el salto a la gran manzana, probar suerte y encontrar, quizá, algo más que un simple trabajo tedioso.
«Ostras, champagne, borgoña, cocaína, amistad, lujuria, amor y bares de mala muerte enseñarán a la joven Tess el significado de hacerse mayor en una ciudad como Nueva York», cuentan desde la web de Malpaso.
Lo fascinante de esta novela es que te quieres mimetizar con la protagonista, deseas acabar tú también en ese bar de mala muerte donde todos terminan borrachos y algo drogados, porque es lo que toca, porque no te atreves, hasta que por fin lo haces, a hablarle al antisocial del restaurante, al camarero que tiene historia detrás y quieres descubrirla.
Tess se aventura en todo momento a no dejar atrás lo que ella considera que está siendo su vida, desea vivir, experimentar, saber qué vino marida con un plato o por qué son importantes los productos de temporada. A la misma vez, el libro desmitifica el glamour impostando que a veces se dan, o les damos, a los restaurantes, ese pijerío de postín, ese tener que comportarse de una u otra manera… porque, al fin y al cabo, entre fogones queda todo, pero la organización siempre es importante.
Danler supo hacer un libro de primeras veces contando una historia detrás que te puedes imaginar a la perfección, entre fogones, colores vivos y mucho humor, la serie que está empezando a adaptarse ahora con la ayuda de la autora, tendrá todos esos clichés de restaurantes pero, si se ciñen al libro, puede ser una dramedia perfecta en la que, seguro, nos entrarán ganas de comer.