Las predicciones volvieron a fallar: Donald Trump será el 45º presidente de Estados Unidos. Lo ha conseguido con buena parte del star system y la opinión pública en contra por sus comentarios racistas y machistas, algún que otro pufo económico, un peinado imposible y cierta afición a verbalizar ideas de bombero. Algunos vaticinaban ayer el fin del mundo y anunciaban en sus perfiles de Facebook su intención de emigrar a otros planetas donde sí haya vida inteligente; en Nokton Magazine sabemos que no hay profecías más inteligentes que las ficticias, y hemos vuelto a mirar a ellas para recordar a otros presidentes que también nos dejaron en estado de shock.
Aviso para quienes no lleven Black Mirror, House of Cards y Veep al día: puede contener trazas de spoilers.
Waldo (Black Mirror)
Como últimamente sucede con los resultados electorales, Charlie Brooker tiene la facultad de reservarnos siempre una sorpresa desagradable. En el tercer episodio de la segunda temporada de Black Mirror, ‘The Waldo Moment’, un equipo de directivos de televisión la mar de inspirado se pregunta por qué el dibujo animado más grosero e irreverente de la pantalla británica no podría competir en unas elecciones con políticos “de verdad”. Waldo -así se llama el ‘bicho’-, arrastra la campaña al fango, humillando y ridiculizando a sus rivales, y conquistando cada día nuevos votos gracias a su capacidad para “decir las cosas como las piensa”. ¿A alguien le resulta familiar?
Frank Underwood (House of cards)
Como nuestro recién investido Mariano Rajoy, el incombustible Frank Underwood al que da vida Kevin Spacey sabe que quien resiste vence, y que ganar las elecciones nunca fue necesario para presidir un país. Nadie pensaba que Underwood pudiera llegar al Despacho Oval tras su caída en desgracia en el primer episodio, después de que escogieran a otro como secretario de Estado. Nadie dentro de la pantalla, claro: a medida que la trama avanza queda cada vez más claro para los espectadores que Underwood solo está esperando a ver pasar el cadáver del mandatario que lo despreció para poder convertirse en el 46º presidente de los Estados Unidos.
Selina Meyer (Veep)
En este caso, al sorprendente hecho de que una mujer llegue a la Casa Blanca hay que añadir otro: que la susodicha sea la dispersa y alocada -aunque no por ello menos ambiciosa- Selina Meyer, a quien Julia Louis-Dreyfuss da vida durante las cinco (pronto seis) temporadas de Veep. Al igual que Frank Underwood, Meyer no ha llegado al sillón presidencial gracias a las urnas, sino a carambolas internas de su gobierno que le permiten dar el salto, no sin pocas angustias, desde la vicepresidencia. Pero dos cosas la diferencian del protagonista de House of Cards: que esto le provoca enorme frustración y que su gabinete se parece bastante al camarote de los Hermanos Marx.
James Dale (Mars attacks!)
Las predicciones del presidente Dale, disparatadamente interpretado por Jack Nicholson en esta -por desgracia- infravalorada película de Tim Burton, fallan más que una escopeta de feria. Presenciar cómo masacran a una multitud pacifista, asesinan a la Primera Dama tirándole encima una lámpara de araña, destruyen algunos de los monumentos más emblemáticos del Planeta Tierra y desmiembran a sus mejores asesores no elimina su esperanza de que los marcianos que acaban de aterrizar lo hayan hecho en son de paz. Como buena parodia del occidental civilizado, Dale se mantiene convencido de que todo se debe a “malentendidos culturales”, hasta que fallece con una bandera de Marte clavada en el pecho. Un adalid de las relaciones interplanetarias.
Merkin Muffley (Teléfono rojo. Volamos hacia Moscú)
Al presidente Merkin, encarnado por el inolvidable Peter Sellers, le crecen los enanos. En plena Guerra Fría, harto de esperar para pasar a la acción, uno de sus generales, Ripper, ordena por iniciativa propia un ataque con la URSS, desconociendo la existencia de un dispositivo de destrucción mutua que terminará por obligar a ambas potencias a cooperar para no acabar en escombros. Muffley no parece, en principio, el más disparatado de esta lista de mandatarios ficticios, aunque su equipo de asesores así lo define, con el ex nazi Dr. Strangelove a la cabeza.
Dwayne Elizondo (Idiocracy)
Mike Judge, creador de Beavis y Butthead, retrata en esta película de 2006 a un Estados Unidos obeso, iletrado y dominado por la publicidad y las grandes empresas. Dicen que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, pero el film se encontró en su año de estreno con enormes dificultades de distribución. Apenas llegó unas pocas salas del país y obtuvo, sin duda, mucha menos repercusión de la que merecía una historia que colocaba de presidente a alguien como Dwayne Elizondo Mountain Dew Herbert Camacho: negro, cachas, hortera, ex actor porno y campeón de boxeo con sobredosis de testosterona y capaz de patear muchos, muchos culos para salvar a la bella América. ¿De qué? Ah, la eterna pregunta.
Foto cc: DonkeyHotey (cc)