Este fin de semana se celebra en Madrid una de las citas más esperadas de este 2017 con el arte emergente, se trata de WE ARE FAIR! Donde entre los artistas que estarán ahí presentes se encuentra Marc Montijano (Barcelona, 1978), quien se mueve a la perfección entre sus obras visuales y las performances que realiza. Hablamos con él sobre sus trabajos actuales, la desinformación que impera en las redes sociales y lo que veremos en Conde Duque a partir de mañana:
Nokton Magazine: Te conocimos con la polémica foto en Instagram que subiste 100 veces para denunciar la censura de las redes sociales, ¿cómo reaccionó tu audiencia a esa imagen?
Marc Montijano: La reacción de la gente fue muy positiva y la de la prensa, tanto nacional como internacional, también. Fue un proyecto muy mediático y con el que recibí mucho apoyo. Sin embargo, las redes sociales no encajaron bien la crítica, me cerraron y borraron las cuentas de Instagram y Facebook. Y, aunque me da bastante igual, a día de hoy todavía no he podido hablar con ningún responsable de estas empresas para exponerle mi postura.
NM: Este fin de semana estarás en ‘We Are Fair!’ ¿Nos puedes dar un adelanto de lo que veremos?
MM: Llevaré algunas fotografías de mis performances y varias ‘reliquias’, que son piezas únicas que mezclan fotografía y documentación referentes a las acciones. Pero tal vez lo más novedoso que voy a mostrar en la feria, son algunas obras de una nueva serie que se llama ‘Autorretratos’. Mucha gente no conoce mis pinturas, debido principalmente a que las he querido exponer muy poco. Pero desde 2003 no he parado de pintar, me encanta la pintura, y es origen de todo el universo artístico de mis performances. La filosofía que intento trasmitir en las acciones surge y bebe de las pinturas; incluso los elementos formales más característicos como los sacos y las cuerdas parten de ahí.
NM: ¿Tendrá algo que ver con ‘Mediterráneo’ o este es un proyecto para más adelante?
MM: Algunas de las piezas que llevo a ‘We Are Fair!’, las he estado desarrollando en paralelo, pero no tienen nada que ver. Los primeros resultados de ‘Mediterráneo’ los mostraré por vez primera a principios del próximo año en una exposición individual en Madrid, del 11 de enero al 28 de febrero de 2018 en Factoría de Arte y Desarrollo.
NM: Hace unos meses ponías en marcha ‘La desinformación es poder’, ¿crees que vivimos en la era de la desinformación a pesar de todas las facilidades que tenemos?
MM: Estamos totalmente desinformados, pero lo más triste es que lo estamos voluntariamente. Manejamos mucha información pero muy sesgada y de un modo superficial. Es una mezcla de irresponsabilidad y de comodidad. La consecuencia de esto es que no somos libres.
La mayoría de las personas viven la vida que les han diseñado otros. Son una suerte de esclavos voluntarios o borreguitos consumidores de la era de la información.
NM: Así, un poco a modo resumen… ¿Cómo lo has reflejado? Hemos visto algunas imágenes y nos atrae muchísimo.
MM: ‘La desinformación es poder’ juega con el humor y el absurdo para hablar de un tema muy serio, la venta de información y la falta de privacidad en internet. Las redes sociales, junto a las grandes empresas tecnológicas, comercian con todos nuestros datos. El gran negocio de internet en la actualidad es la venta de datos, los datos que les damos queriendo o sin querer.
Jugando con la ironía intento hacer reflexionar a la sociedad del peligro que entraña regalar ese poder. La información de una persona es intrascendente, pero datos de millones de personas analizados y procesados, constituyen un material muy valioso.
Con mi trabajo invito a desinformar, a usar internet de un modo crítico, para aprovechar su inmenso potencial, pero sin perder el control. La desinformación como un acto consciente y reivindicativo.
El proyecto ‘La desinformación es poder’, plantea una solución sencilla pero muy efectiva: se lucran vendiendo nuestra información, ofrezcámosles de vez en cuando información voluntariamente errónea, y el resto de nuestra información, sea veraz o no, quedará en entredicho. No se trata de una acción simbólica, realmente estamos comprometiendo su fuente de ingresos y salvaguardando nuestra privacidad. Son gigantes con pies de barro.
NM: En tu trabajo vemos claro el reflejo de la sociedad actual, ¿crees que hemos involucionado en cierta forma cuando hablas del “hombre embrutecido”?
MM: Creo que el ser humano actual, en líneas generales, está totalmente embrutecido. Es un ser muy básico, dominado por los sentimientos primarios, aunque en apariencia pueda parecer otra cosa. Vivimos en una época muy superficial y nos regodeamos en ello. Somos seres egoístas, volcados en el materialismo.
NM: De la performance, al arte de guerrilla, ¿cómo te desenvuelves mejor?
MM: Depende del proyecto, en realidad yo parto de una idea y pienso como puedo materializarla del mejor modo. Hay proyectos que encajan en una galería o museo y otros que deben ser realizados en la calle, me siento muy cómodo en ambos ambientes. Lo interesante para un artista es poder elegir, que es lo que yo hago, así gozas de mayor libertad y de autonomía para expresarte.
NM: Siempre has sabido plasmar a la perfección los momentos clave de la sociedad, del que vivimos en estas fechas también daría de sí, ¿lo crees?
MM: Por una parte es un momento muy interesante, pero reconozco que la política cada vez me cansa más. El ambiente está denso, pesado, intolerante. Este verano estuve dos meses en Cataluña recopilando material para un proyecto sobre el tema independentista, principalmente material de propaganda política referente a la consulta del 1 de octubre. Quería hacer una acción en Madrid a finales de septiembre confrontando ambas posturas, pero terminé tan saturado del tema que decidí no hacerlo.
NM: Buceando por tu background, hemos leído que desde 2010 te dedicas en exclusiva al mundo del arte, ¿cómo enfocas la precariedad dentro de este mundo?
MM: Es muy complicado mantenerse en este mundo e implica muchas renuncias. Pero creo que el único modo de darlo todo en cualquier actividad es dedicarle el 100% de tu esfuerzo, de otro modo es casi imposible lograr ciertos resultados.
En la performance ‘Please, don’t feed the artist’ que hice el año pasado en el Museo de Jaén, abordaba el tema de la precariedad del mundo del arte. Es triste, pero en la mayoría de los proyectos el artista se mueve entre la gratuidad y los presupuestos irrisorios. Se organizan infinidad de actividades artísticas sin una partida presupuestaria para el artista.
Se ha creado un sistema enteramente amateur, pues la mayoría de artistas en España no pueden vivir del arte. Resulta absurdo, pues muchos profesionales viven gracias a los artistas o a sus obras.
Pero también los artistas tenemos gran parte de culpa, no debemos trabajar gratis, muchos regalan su trabajo y así es imposible revertir esta situación. No me imagino a un dentista, trabajando en un supermercado para ganarse el sustento y poniendo empastes gratuitamente por satisfacción personal, pero estas situaciones aberrantes suceden en el arte.
NM: Para finalizar, queremos conocer tu perspectiva, ¿consideras las ferias de arte como una plataforma más dentro de tu trabajo o, por el contrario, son más como un escaparate efímero?
MM: Yo he desarrollado mi carrera bastante alejado de las vías convencionales. La visibilidad a día de hoy se consigue mucho más en los medios y en las redes sociales, pero es cierto que de vez en cuando está bien tocar un poco de piel, verle la cara a artistas, a galerista y a coleccionistas. Puede resultar enriquecedor ese contacto humano y surgen otras oportunidades. Así que aunque generalmente soy reacio, a veces me obligo a salir de la cueva.