Las letras del electro latino esconden lo que imaginabas

Los cascos se quedan colgados.
Cómo enfrentarse a una lista de canciones de Electro Latino, entenderlas y, por supuesto, no disfrutarlas.

Pasaban días, quizás semanas, pero mis oídos se habían acostumbrado a ignorarlo, y Spotify continuaba proponiéndome escuchar listas cargadas de electro latino. Yo hacía oídos sordos, pero la curiosidad es el camino al atrevimiento. El click a una lista de lo que llamaremos «género musical» fue inconsciente, y ahí estaba el primer acercamiento, la imagen de cabecera, un sugerente culo de una sugerente mujer que lo relanzaba con sus propias manos. En una nalga ponía ‘electro’ y en otra ‘latino’.

Es importante pasarla caliente, suelen decir en sus letras, probablemente en referencia a las sudorosas ventanas de las clases de zumba, sus grandes prescriptores. De hecho, ‘zumba’ es una de las palabras recurrentes, quiero pensar, buscando entre sus acepciones en la RAE, que con el significado de ‘borrachera continuada’.

Tras la toma de contacto, caí en un tema que no aparecía en la lista, lo cierto es que no aparecía ninguna composición en la que participase Pitbull, y que no sé dónde ni cuándo había pasado por mis oídos, El Taxi. “Lo paró con una mano, lo paró que yo la vi” dice en un juego de palabras de difícil comprensión en España, donde parar significa parar, y no empalmar. Como aclaran por ahí, ‘empalmar el miembro viril’ (yo también podría haber buscado metáforas), no sea que alguien piense que hablamos de electricidad, y mucho menos de electrónica. No entraremos en el resto de letra con ese “cho cho cho fer para el taxi”, ni en las paradas obligadas en su lectura/entonación.

El electro latino, nomenclatura dada por Juan Magán, puede leerse como evolución del chumba-chumba que primero pasó por ser reguetón y quiso legitimizarse con referencias a la salsa y la bachata. Pero también puede leerse como una expresión más del machismo, con esa premisa, crearon el siguiente vídeo que persigue que pensemos un momento en ello a través de las propias letras.

La idea era buscar metáforas, pero no se puede ser más explícito. De hecho es muy fácil visualizarlo a través de esta campaña contra ese machismo impuesto, a través de las frases de diferentes letras; “en la cocina voy a darte tabla”, “a ella le gusta que le den duro y se la coman”, “pa’ que se lo gozen, pa’ que se lo rocen”, o “si fueras un clavo y yo un martillo, quisiera clavarte”.

En ocasiones da más juego utilizar un término de interpretación libre. He ahí el ‘estar suelta como gabete’ que, aunque parece no hacer falta traducir, en realidad, es un cordón de zapato. Otras son de traducción fácil como la del ya ‘clásico del género’, ‘Danza Kuduro’, sí, sí, de culo duro, vamos. Aunque en realidad se trata de una danza de Angola.

Definitivamente, “si tú estás loca, yo soy crazy”.

Foto: Ibar Silva (cc)