Hablamos con la banda murciana Kracauer sobre su recién estrenada formación, su primer LP, cómo surgen los temas, los planes que tienen por delante y sobre la cantidad de música diferente que se hace en Murcia:
Nokton Magazine: ¡Hola! Para empezar, ¿el nombre del grupo viene de Siegfried Kracauer? ¿Cuándo decidís llamaros así?
Kracauer: Pues andaba buscando un nombre, y justo esa semana estaba hablando con una amiga sobre los libros de cine de Kracauer, y se ve que lo tenía por ahí rondando en la cabeza. Me gustó como sonaba, me gustaba hacerle un homenaje a la Escuela de Frankfurt… Y al final se quedó.
NM: Del salón de casa a la grabación en un local de ensayo entre amigos… ¿Cómo comienza esta andadura?
K: Pues así, componiendo con la acústica, sacando letras… Tenía un poco de tiempo libre y salieron tres temas prácticamente del tirón. Ahora son “Tarde”, “El sonido y la furia” y “Lugares seguros”. Luego salieron otras tres, luego tres más, y cuando me vi con nueve decidí maquetarlo todo, y ya prácticamente en el estudio salieron las dos últimas.
NM: ‘En la era de la reproducción digital’, es un titulo que puede abarcar millones de cosas, ¿qué queríais transmitir?
K: Este disco pertenece a ese momento en el que la música circula sobre todos través de ceros y unos. Puedes poner nuestro disco en una carpeta de tu escritorio, darle a Control-C, y luego hacer todas las copias que quieras. Lo puedes mandar con un link de descarga. Lo puedes escuchar en streaming en mil sitios.
La tecnología ha cambiado la forma en la que escuchamos y hacemos música, y ese es en el momento en el que empieza Kracauer, en el que empieza este disco.
NM: Los sintes y el mirar hacia épocas pasadas está en vuestra música, aunque también tiene tintes más actuales, ¿cómo la definiríais?
K: Bueno, creo que somos muchos los que pensamos que nada es enteramente nuevo. Eso no quiere decir que nuestra propuesta no sea única, pero creo que en la música conviven muchas épocas, sea uno consciente de ello o no. No sé cómo definir nuestra música, si te soy sincero. Yo tiendo a pensar más en acordes, melodías, sonidos, ritmos… Pero supongo que la idea es coger las herramientas que hemos ido acumulando a través de nuestra relación obsesiva con la música y a partir de ahí hacer algo nuevo, o nuestro, que viene a ser lo mismo.
NM: Entre literatura y música navegan vuestros referentes, ¿quiénes os han influido más?
K: Para mí escribir una letra es algo extraño. Es buscar una idea o un estado mental, y dejar que vayan viniendo las palabras e ir trabajando con ellas. Es raro explicarlo. Y una vez que haces eso, pues a mí a veces me vienen trozos de cosas que he leído, o que he escuchado… Puede ser una canción de alguien, o una conversación, o un trozo del texto de alguien. Tampoco hay mucha diferencia entre una cosa y otra cuando estoy escribiendo.
NM: Esto no tiene nada que ver con la música pero, ¿deben volver las camisas de franela?
K: Las camisas de franela nunca se fueron. Son tan abrigadas. Son irrenunciables.
NM: Los sentimientos que transmiten las canciones convergen a la perfección con la portada, ¿quién hay detrás del ‘art-work’?
K: La portada es un oleo que produjo Gerhard Richter cuando estuvo en Madrid, creo que en los años 70. Me enamoré de esa imagen aunque no sé tampoco del todo por qué. A lo mejor porque me encanta Madrid y porque me lleva al pasado inmediatamente. También tiene un toque gris y frío, como alguna de la música electrónica que me gusta. Porque de lejos parece una fotografía, pero de cerca se ve que son manchas que engañan al ojo. Otra vez a medio camino entre la máquina y lo humano, que es al fin y al cabo como está hecho este disco, casi al cincuenta por ciento. No sé. Lo que casi no termino de creerme es que la gente que trabaja en el taller de Richter nos dejara utilizarla casi casi gratis.
NM: Habéis tocado en Encuentros sonoros, ¿cómo pasan estas canciones al formato acústico?
K: El concierto de Encuentros Sonoros fue increíble. Había un ambiente superíntimo y superchulo. Y todo el mundo estaba prestando mucha atención y nos oíamos genial, así que pudimos tocar muy muy a gusto.
Estamos muy sorprendidos del rollo que han cogido las canciones en acústico y nos hemos lanzado a cerrar más bolos en este formato, que nos ha encantado.
Al fin y al cabo, casi todas se compusieron originalmente en guitarra acústica, así que de alguna manera este formato es devolverlas a su estado inicial, aunque a algunas les hemos dado un a vuelta.
NM: Tenéis otras fechas cerradas, como la del ciclo de Microsonidos en Murcia y otras en Madrid y Barcelona, ¿cómo se presenta la gira y las horas de ensayo?
K: Sí, vamos a tocar en Microsonidos con Neon Lights, que acaban de publicar un material muy interesante. Nos apetece un montón. Y luego vamos a Madrid y a Barcelona con A por ella, Ray, que es otro grupo que nos ha gustado mucho. Luego tenemos algún acústico más, algún concierto en Murcia, y varias cosas que no podemos anunciar todavía, pero las perspectivas de tocar han superado, por mucho, a lo que aspirábamos en un primer momento. El inicio en Cartagena no puede haber sido mejor y las horas de ensayo las llevo muy bien, pero es que para mí personalmente hay pocas cosas que me gusten más que tocar un instrumento y cantar.
NM: A la hora de componer, ¿lo habías hecho antes o esta era tu primera incursión?
K: Bueno, yo había estado tocando la batería casi diez años con mi grupo anterior y ahí siempre intentaba ayudar con las estructuras y también metía mucho la mano en lo que hacían las voces, incluso alguna guitarra en la última época. Pero no es lo mismo. Kracauer es la primera vez en la que compongo temas de principio a fin.
NM: Esta no sería una entrevista seria si no hablamos de la escena murciana, ¿cómo la veis actualmente?
K: Pues es que yo creo que en Murcia se ha hecho muchísima música siempre. No sé, perdí la cuenta hace tiempo, pero debo conocer cientos de músicos murcianos ya, de forma mas o menos cercana. Y me hace gracia, cuando se habla de “escena murciana”, la cantidad de gente que se deja fuera inconscientemente. Yo siempre me acuerdo de los amigos que tengo en orquestas desde hace mil años, o de los de clásica, que no paran de estudiar, de la cantidad de gente que hace metal en todos los locales de ensayo a los que voy, de todos los colegas que tengo haciendo Jazz y que me han enseñado tanto. No sé. ¿Música en Murcia? Muchísima. Buenísima.