Cuatro amigas deciden un buen día ponerse manos a la obra para dar voz y visibilidad a las mujeres en el hardcore y en el punk. De ahí nace un documental que está terminando su crowdfunding y que podremos ver en 2017. «Sin tu permiso. Nosotras en la escena hardcore y punk estatal es un documental feminista que pretende mirar desde esta perspectiva a la escena hardcore y punk, recopilando voces y testimonios, visibilizando empoderamientos y subversiones así como violencias y discriminaciones, y presentando la emergente escena feminista dentro de estos estilos musicales.»
Ana Martínez, Esther Galván, Marina López, y Carolina Herrero son las realizadoras que hay detrás del proyecto que termina esta semana su crowdfunding en la plataforma de Verkami y que ya ha superado lo que querían recaudar. El documental sigue la filosofía del D.I.Y (Do it yourself- Hazlo tú mismx), ya que Sin tu permiso se rueda con tan sólo una cámara 5D, un foco anular y un micrófono de corbata. A través de entrevistas y la filmación de conciertos se acercarán a la actualidad de la escena hardcore y punk estatal desde una perspectiva feminista y de hermanamiento. «Además de las bandas participan en el documental otras protagonistas como son las técnicas de sonido, dj, promotoras…, y por supuesto el público, una parte esencial en la escena», cuenta en la web del proyecto.
El Punk es algo político, expresar tus ideas e incorformidad ante lo que nos rodea.
¿De dónde viene el título Sin tu permiso?
La idea nace un eslogan de las Riot Grrrls, “esto está pasando sin tu permiso” (una mítica canción de Huggy Bear), una forma de conectar el documental con el movimiento y con su legado. También viene de la necesidad de romper los mandatos patriarcales y no tener que hacerlo con el consentimiento de nadie, y mucho menos con los hombres de la escena.
Como ellas mismas cuentan: «Este documental surge de la amistad y la rebelión: de nuestra pasión por esta música y lo que le rodea, de las ganas de visibilizarla y transformarla desde los feminismos y de construir redes de diversión, cuidados y rebeldía».
«A la hora de seleccionar los grupos, el único requisito era que perteneciesen a la escena undeground, que hubiera alguna mujer y que las letras tuvieran carga feminista».
«Nosotras creemos que los grupos en los que tocan mujeres tienen menos legitimidad, se piensa que las mujeres somos menos autónomas y menos expertas, como si estuvieran en un espacio que no les pertenece. No nos gusta el término de Grupo de chicas, porque parece que se engloba todo en general». Decían en una entrevista a H30. Un documental que nace de la amistad, de experiencias compartidas, del hartazgo por la invisibilización de los grupos de la escena punk y hardcore en los que hubiera mujeres… «para nosotras era incongruente ver grupos tan potentes que no les estuvieran dando voz en ningún lado».
De los festivales a las salas solo hay un paso, la clave no está en poner un escenario sólo para mujeres, como propuso Glanstonbury; está en intentar hacer un festival más acorde con la realidad, los grupos en los que hay mujeres están ahí fuera, quizá sólo haya que mirar un poco más allá.
Bikini Kill y Sleater Kinney sentaron los precedentes y otros grupos como las gallegas Bala, Heksa, Doble Capa y Wanda y la mujer pantera, entre otros, recogen ahora el testigo para demostrar que hacer pogos y dar guitarrazos está en la esencia de la escena y siempre lo ha estado.