Como en cada época de lluvias desde hace diez años, unas veces en otoño y otras en primavera, la ciudad de los califas acoge el festival Cosmopoética, en el que se dan cita poetas contemporáneos de todo el mundo. Para conmemorar su décimo aniversario, que lleva en marcha desde el pasado 23 de septiembre y que continuará hasta el 6 de octubre, esta edición lanza una mirada al pasado con una antología de los autores extranjeros que han pasado por el festival. Un encuentro que ha hecho de Córdoba una ciudad de tradición poética, que ha sobrevivido a un cambio de gobierno local y ha superado una gran decepción por el fracaso de la candidatura a capital cultural 2016.
Tras años de incertidumbre económica y teniendo en cuenta los pocos que apostaron por la continuidad del festival allá por 2003 cuando se celebraba su primera edición, resulta aún más gratificante hacer un balance positivo de Cosmopoética en su décimo aniversario. Para celebrarlo, esta edición homenajea a los 130 poetas internacionales que han pasado por ella con la publicación de un libro que recoge sus trabajos. Entre ellos destaca Pablo García Baena que, a sus 92 años, asegura sentirse joven al relacionarse con las nuevas generaciones de poetas de la ciudad.
Dejando a un lado los homenajes, esta edición continúa consolidándose y divulgando la poesía a través de exposiciones, talleres o recitales distribuidos por toda la ciudad en los que lo multirracial y el multiculturalismo juega un papel importante. Y es que Cosmopoética no solo es importante a nivel local o nacional, sino que constituye un importante factor de proyección internacional para la ciudad. Por ello, desde los distintos colectivos implicados en el festival se demanda, un año más, mayor apoyo de las instituciones hacia la cultura y el arte.
Pero si hay algo que no cambia en Cosmopoética es su empeño por superar las barreras tradicionales de la poesía, salir a la calle en busca de poetas anónimos y mantener viva la idea del renovarse o morir, lo que les ha llevado a sobrevivir año tras año. Otras de las tradiciones propias del festival es el espacio dedicado a la música, que se mantiene este año con una importancia especial, la actuación de varios grupos de diversos estilos musicales en los que, como no podía ser de otra manera, la poesía es la protagonista.
El Museo Arqueológico, el Palacio de Orive o la Plaza del Potro, son algunos de los escenarios emblemáticos que, un año más, acogen a grandes poetas del mundo. En esta ocasión los encargados de divulgar sus conocimientos son los españoles José María Álvarez, Juan Antonio González Iglesias o Elsa López, además de poetas internacionales como la colombiana Piedad Bonnett, el rumano Marius Daniel Popescu o la irlandesa Moya Cannon.
Foto: Lola Araque