Tras siete años y un crowdfunding detrás, nos llega por fin la ópera prima de Andrea Jaurrieta con Ingrid García-Jonsson como protagonista: Ana de día. ¿Qué pasaría si un día de repente ves que alguien idéntico a ti ha suplantado tu identidad? Esta es la premisa del filme, una búsqueda del «yo» más allá de las convenciones sociales, donde la huida hacia delante de la protagonista es una forma de salir de lo preestablecido.
Si todas tus obligaciones, todos tus deberes, están cubiertos por esa otra persona, ¿tratarías de luchar por tu identidad perdida o por lo contrario intentarías buscar tu propia identidad ajena a todo lo que suponía tu vida ‘normal’? Y en ese caso, ¿te llevaría esta decisión a encontrar la felicidad?
La película bucea por estas preguntas de principio a fin, donde la moral y la ética del personaje de Ingrid van moviéndose por diferentes ámbitos. Cumplir con las obligaciones de su día a día pasa a un segundo plano donde lo preestablecido deja paso a otras inquietudes. El hecho de ser completamente ajena a la realidad que le rodeaba antes hace que la libertad de hacer todo lo que quiera se presente como un suculento plato.
Lo que se plantea en el filme, y es lo verdaderamente interesante, es el darnos cuenta de que muchas veces la realidad que nos rodea no nos deja avanzar, el «lo dejo todo y me voy» es un regalo para Ana pero, a medida que avanza la historia no lo vemos tan claro.
«Quiero contar una historia que haga al espectador evadirse de su propia vida y soñar con la posibilidad de que algo así le pudiera ocurrir», relata Jaurrieta para Prisma Ideas. «Para eso escribo las historias, para eso existe el cine, para crear mundos reales dentro de la irrealidad de la pantalla (o viceversa). Por otro lado, ya tratando de ser más concreta en la historia que cuenta Ana de día, veo que es el punto culmen de convergencia al cual he llegado como una evolución lógica tras todos mis trabajos anteriores. Quizá Ana sea una extensión de mí misma. No lo sé. Sólo sé que los cineastas somos así: en lugar de experimentarlo en persona, decidimos que queremos contarlo (vivirlo) en imágenes . Y es así como Ana de día toma forma, por la necesidad de contar una historia que nos haga olvidarnos de la rutinaria realidad por unos minutos, que nos permita escapar de nuestros problemas cotidianos, que dé un punto de vista diferente a quienes desean huir y no se atreven… pero sobre todo que haga pensar y emocionarse del modo que sea al espectador«.
Una película para reflexionar sobre los límites que nos ponemos a nosotros mismos, la educación y las represiones de la sociedad en la que vivimos (contextualizada en la España actual), donde, además, vemos cómo se plasman las inquietudes de toda una generación.