Virxilio Vieitez: el arte de la realidad

Romerías, costumbres, gentes...El rural gallego llega al corazón de la Gran Vía con las fotografías de Virxilio Vieitez.

¿Quién le iba a decir a Pilucha, a Dorotea del Cará, a Carolina y a tantos otros vecinos de la comarca de Terra de Montes que sus fotografías iban a causar tanta expectación? ¿Cómo podían suponer siquiera que sus imágenes iban a estar en boca de todos los medios de comunicación y causar debate entre los expertos? Tampoco su autor, Virxilio Vieitez (1930-2008), podía intuir, falto de pretensiones artísticas, que, pasados los años, el mismísimo Cartier-Bresson fuese a incluir una de sus imágenes en el libro Mis fotos favoritas. Y es que Virxilio era un fotógrafo que trabajaba por encargo, sin vocación de genio, y que vio en la fotografía la mejor salida para sobrevivir en un tiempo en el que la miseria de la posguerra era el pan de cada día.

Virxilio aprendió el oficio fuera de Galicia, en Palamós (Gerona), de la mano del fotógrafo Julio Pallí. Pero fue posteriormente en su pueblo natal, Soutelo de Montes (Pontevedra), donde se estableció como fotógrafo profesional. Bajo la firma de ‘Fotografía Perello’ (mote familiar y nombre burlesco que en gallego hace referencia al diablo) se convierte (a través de instantáneas conseguidas, según cuentan, con un solo disparo) en notario de costumbres y de gentes que él conocía y con las que se sentía identificado.

Fotografía de Virxilio Vieitez en Espacio Fundación Telefónica
Esperanza de Covas. Soutelo de Montes, 1960-1961

Desde principios de febrero las imágenes de Virxilio han pasado a inundar las marquesinas de autobuses de Madrid. En ellas se anuncia la mayor retrospectiva que se ha hecho hasta el momento de su obra y que ha sido recibida con gran expectación. En el Espacio Fundación Telefónica se muestran  más de 250 fotografías, en blanco y negro y en color, acompañadas del material original con el que el fotógrafo gallego trabajaba (cámaras, películas, etc). Una completa selección de la que es culpable, en muy buena medida, su hija, la también fotógrafa, Keta Vieitez, que tanto empeño puso en sacar a la luz el trabajo de su progenitor.

Parafraseando a Suso de Toro, son todas fotos llenas de sustancia, en las que Virxilio sorprende, en muchos casos, saliendo del estudio y apropiándose de las huertas, las calles, las carreteras, las plazas… introduciendo animales domésticos, o elementos tan inusuales como verzas, los ya míticos Chevrolets o Cadillacs (coches que los emigrantes traían de América) e incluso su propia motocicleta que aparece en gran número de instantáneas.

A lo largo de la muestra nos vamos encontrando con fotos de DNI (en las que destaca el uso de una sábana blanca como fondo), de comuniones, de bodas, de romerías varias… pero también con aquellas otras que hablan de la emigración (dura losa que levantó el pueblo gallego) y de la muerte en forma de velorios y entierros. La sangre se nos hiela al ver la imagen de un bebé muerto rodeado por sus familiares; algo que ahora nos parece macabro, pero que por aquel entonces servía para resolver cuestiones de herencia y de testamento.

Fotografía de Virxilio Vieitez en Espacio Fundación Telefónica
Familia de Luisa Iglesias y Sara de Arnelas, 1962

Para algunos retrata un mundo peculiar que les resulta mágico, incluso inquietante por ajeno: el de la aldea. Para mí, capta la esencia de un lugar en el que tengo plantadas mis raíces, del que me empapé de niña.  Por eso, en mi más humilde opinión, lo que hace realmente geniales las fotografías de Virxilio es que detrás de ellas sólo se esconde, con sus dolores y alegrías, nada más y nada menos que la pura realidad.

La exposición sobre Virxilio Vieitez, coproducida por El Espacio Fundación Telefónica y el MARCO  de Vigo, se podrá ver en el Espacio Fundación Telefónica de Madrid hasta el 19 de mayo. Horario: martes-sábado de 10.00 a 20.00 h. Gratis. Más información en www.fundaciontelefonica.com

Fotos: Virxilio Vieitez, Vegap, 2013

Virxilio Vieitez fotografía a la Galicia Rural. Ver vídeoVirxilio Vieitez fotografía a la Galicia Rural