Jugar con la misma plastilina en la guardería, sentarse por orden alfabético en la escuela, compartir chucherías en el recreo, intercambiar cromos y tazos o ser el hijo o hija del mejor amigo de alguno de los progenitores de la otra persona. ¿Destino? ¿Casualidad? ¿Cuántas amistades habrán surgido así? ¿Cuántas habrán perdurado? Difícil de cuantificar. Lo que sí es algo seguro es que esos amigos de la infancia que consigues conservar se vuelven como de la familia, como hermanos. Personas a las que quieres muchísimo, con las que has crecido y con las que, en realidad, parándote a pensar, tienes poquísimas cosas en común salvo ese vínculo inquebrantable que os une. Así son Jana y Cecilia, los personajes de NoSoTRas, la primera obra de la compañía SIN CORPIÑO, que se puede ver en la madrileña Sala Off Latina. Una comedia agridulce que habla de las relaciones de amistad, del paso del tiempo y de feminismo.
NoSoTRas retrata dos tipos diferentes de mujer y dos formas de afrontar la vida. “Jana está todo el rato luchando en contra de la sociedad y Cecilia va más a favor. Cada una intenta ser feliz a su manera”, explica Mónica Miranda, directora, autora y una de las actrices de la obra. Dos personajes opuestos con los que quiere mostrar “la dualidad, el conflicto interno que tenemos todas”.
Estéticamente, los colores azul y rosa están siempre presentes a lo largo de la función para remarcar las diferencias existentes entre ambos personajes y, a la vez, para criticar “las cosas absurdas que se adjudican a cada género”. Cecilia (Elisabet Altube) es el rosa, todo lo que la sociedad espera de una chica (delicada, coqueta, con ganas de casarse y formar una familia, etc.) y Jana (Mónica Miranda) el azul, una chica que rompe con los estándares de feminidad establecidos.
“Que quería hablar del feminismo lo tenía claro, pero no quería hacerlo directamente, no quería que se nombrara, quería meter de soslayo la educación que hemos tenido”, apunta Mónica.
La directora novel cumple su objetivo mediante la recreación de pequeñas escenas de la vida de Jana y Cecilia. Breves fragmentos íntimos, de la niñez a la edad adulta, a los que el espectador asiste como casi un voyeur: el primer encuentro, la primera borrachera, las primeras experiencias sexuales… Y entre risas, secretos, juegos y bailes, se lanzan al aire frases que suenan familiares, comentarios que antaño pasaban desapercibidos y que ahora ya empiezan a tener nombre: los micromachismos. Y todo ello aderezado con un toque revival noventero con el que más de uno se sentirá identificado.
“La obra políticamente correcta no es”, afirma Mónica. Hay algún comentario y monólogos que provocan que el espectador salga de su zona de confort, pero sin dañar sensibilidades, siempre buscando el humor. Para Mónica “la comedia es una herramienta maravillosa para tratar cualquier problema o tema, es una defensa muy humana”. Con la comedia la historia “llega más, la gente empatiza más”, la secunda Elisabet Altube, su compañera de reparto.
NoSoTRas se estrenó en noviembre del 2017 en la Sala Off Latina gracias a la confianza depositada por Roberto Terán, gerente y programador de la sala. Desde entonces ahí sigue. Las dos actrices están muy contentas con el resultado y con la acogida de la obra por parte del público.
“No nos esperábamos nada”, asegura Mónica, que confiesa su nerviosismo a la hora de enfrentarse a este proyecto, “era lo primero que había escrito y dirigido”.
Escribir, dirigir, actuar. Mónica y Elisabet son un claro ejemplo de artistas todoterreno, tanto por su “naturaleza”, como indica Elisabet, como por la precaria situación laboral que sufren muchos actores y actrices que, como ellas, deciden lanzarse a la piscina y realizar sus propios proyectos ante la imposibilidad de que suene la flauta de un casting.
«Estábamos hartas de estar de brazos cruzados, al trabajo hay que llamarlo, la inspiración que te pille trabajando».
No se podría hablar de NoSoTRas sin Tristana Castilla, encargada de la escenografía y del vestuario. “Es nuestro motor y nuestro impulso”, afirma Elisabet. Las tres juntas disfrutan de su primera creación, al tiempo que barajan nuevos proyectos con los que seguir siendo fieles al estilo que dicta el nombre de su compañía, SIN CORPIÑO, “los límites que nos los pongan otros, nosotras no”, reivindica Elisabet.