En su nuevo libro, Hoguera de amapolas, Mónica González Gallego se adentra en los territorios más íntimos de la infancia, la pérdida y el recuerdo para convertirlos en una historia que late con emoción propia. A través de la mirada de Claudia —su alter ego literario— y de figuras tan simbólicas como el enigmático hombre del sombrero, la autora reconstruye el pasado para comprenderlo y reconciliarse con él. En esta conversación, Mónica explora el origen de la novela, el proceso emocional que la atravesó, el lugar de las amapolas como refugio simbólico y la promesa de que nuevas historias ya empiezan a tomar forma.
Nokton Magazine: La novela nace de una frase muy poderosa: «Toda vida merece ser contada». ¿Qué vida necesitabas contar tú?
Mónica González Gallego: Dentro de la ficción, sentí la necesidad de contar algunas vivencias de mi infancia y adolescencia. Sobre todo, deseaba revivir el recuerdo de mi madre, hacerle un espacio en esta historia y dejar constancia de su influencia en quien soy hoy.
NM: Para mí eres una escritora de emociones. ¿Estás de acuerdo? Pero ¿cómo has vivido tú misma el proceso emocional de escribir Hoguera de amapolas?
MGG: Totalmente de acuerdo. El proceso emocional fue un viaje entre el desgarro y la liberación. Tuve que volver a lugares emocionales que creía haber enterrado y enfrentarme con partes de mí que se negaban a salir, mientras que otras pedían ser liberadas. Escribir Hoguera de amapolas me permitió comprender en palabras lo que la vida no me había dejado entender.
NM: ¿Por qué decidiste que fuera Claudia, una niña, quien narrara parte de tu historia?
MGG: Al principio escribí la historia en primera persona, casi como una autobiografía. Pero me resultó demasiado doloroso narrarla con mi propia voz. Comprendí que necesitaba un filtro entre mis recuerdos y la narración. Así que reescribí el relato en tercera persona y creé a Claudia, una niña idéntica a mí, para que todo lo que yo viví pudiera contarse a través de sus ojos.
NM: Háblame del hombre del sombrero, por favor…
MGG: Hablar del hombre del sombrero es hablar de un hombre perfecto, cuando en realidad no lo es en absoluto. Es pianista y lleva siempre un inseparable sombrero negro, un bombín que, en los años 90, le confiere un aspecto misterioso. A través de la música, enseña a Claudia a aceptar la muerte, mientras sin darse cuenta también se ayuda a sí mismo. Ambos se refugian el uno en el otro, pese a la considerable diferencia de edad que los separa. Es un personaje imposible no sentirlo real y no quererlo.
NM: ¿Y qué me puedes decir sobre las amapolas y lo que significan?
MGG: En Hoguera de amapolas, las amapolas simbolizan amor y sufrimiento, pero también luz y refugio en los momentos en que los personajes buscan fuerza. Representan un abrazo entre la vida y la muerte, que atraviesa toda la historia.
NM: Dices que escribirla fue «liberar los fantasmas del pasado». ¿La has releído? ¿Te has sentido diferente mientras la escribías que ahora que ya está publicada?
MGG: Sí, la he releído y me he sentido diferente. Escribirla fue revivir todo lo vivido y liberarme de lo que no pude decirle a mi madre cuando estuvo viva. Al releerla, he sentido que me despido de ella y la perdono por haberse ido tan pronto, pero también la reconozco en mí, y ese es el regalo más grande que podía dejarme.
¿Qué parte fue la más difícil de escribir? ¿Y la que más te emocionó?
La parte más difícil de escribir fue meterme en la piel de un personaje masculino y documentarme sobre su enfermedad para que fuera lo más verosímil posible. La que más me emocionó fue escribir la escena en la que Claudia imagina cómo habría sido un momento muy importante de su vida si su madre hubiera estado presente.
NM: ¿Crees que Hoguera de amapolas es más una historia sobre la pérdida o sobre la vida?
MGG: Es una historia sobre la pérdida y sobre la vida. Muestra cómo en medio del dolor, se puede encontrar fuerza en los pequeños momentos y cómo estos nos salvan.
NM: ¿Cuál será tu siguiente proyecto, Mónica? Si es que hay…
MGG: Sí, hay proyecto. Estoy trabajando en mi segunda novela y espero poder seguir trayendo nuevas historias.
