Laberintos, el scape room tradicional

Antes de las scape rooms los laberintos eran el espacio natural en el que buscar la salida. En España podemos visitar algunos.

Conseguir salir a tiempo es la única premisa de las scape room, las salas de juegos en las que hay que conseguir escapar antes de que el contador se ponga a cero y que actualmente ya existen de todas las temáticas; literarias (con Don Quijote, Edgas Alan Poe, Julio Verne…), de series como La casa de papel, carcelarias, fantasmagóricas… Pero el gusto por sentir esa presión de no saber cómo salir no es actual.

La mitología se introdujo en el laberinto con el de Creta, construido por Dédalo para que el rey Minos escondiese al Minotauro. Y es que los laberintos ya tenían presencia arquitectónica desde la civilización egipcia. Durante el Imperio Romano, el escritor Plinio el Joven dejó constancia de ellos en las primeras décadas del primer milenio “vamos a hablar también de laberintos, las obras más extraordinarias en la que los hombres han gastado su dinero, pero no, como puede pensarse, producto de la imaginación” escribía en Historia natural.

Con la evolución el laberinto salió del plano arquitectónico de los edificios para ser parte principal de los jardines. Fue durante el Renacimiento cuando despuntó la arquitectura de jardín comenzando en Italia y haciéndose eje principal de los palacios franceses durante los siglos XVI y XVII. Uno de los grandes ejemplos del jardín renacentista lo encontramos en Versalles, diseñado por el jardinero del rey Luis XIV André Le Nôtre, y es ahí donde encontramos uno de los laberintos más famosos de la historia.

En aquellos años el laberinto en los jardines era un objeto estético que poco a poco fue convirtiéndose en espacio de paseo y sociedad. Hoy podemos verlos como un deleite visual o como un reto. Por eso en España actualmente existen varios laberintos al aire libre, con el paisaje y la jardinería como atractivo para algunos visitantes, y la curiosidad por encontrar la salida para otros.

La Granja de San Ildefonso (Segovia)

Jardines de La Granja de San Ildefonso.
Jardines de La Granja de San Ildefonso.

El estilo de los jardines franceses no tardó en llegar a España, el del Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, comparado en multitud de ocasiones con el de Versalles aunque posee características propias y diseñado por el arquitecto francés René Carlier es uno de los mejor conservados en la actualidad. Su laberinto fue ideado por Le Blond. Más grande que un campo de fútbol buscar su salida no será un partido fácil. El precio de la entrada para visitar todo el Real Sitio es de 9 €.

Parque del laberinto de Horta (Barcelona)

Parque del laberinto de Horta.
Parque del laberinto de Horta.

Con estilo neoclásico que fue mudando a romántico y a manos del arquitecto italiano Domenico Bagutti en 1792 comenzó la construcción de los jardines de Horta (los más antiguos que se conservan en Barcelona) en cuyo centro se encuentra un impactante laberinto compuesto principalmente de cipreses y esculturas como las de Eros, Dánae o Ariadna (aunque no vamos a tener a mano su hilo para recorrerlo). La entrada al parque es gratuita y la del laberinto es de 2,23 €.

Laberinto de Villapresente (Cantabria)

Laberinto de Villapresente.
Laberinto de Villapresente.

Sin embargo el laberinto más grande de España es de construcción actual. El de Villapresente ya está creado con una concepción más cercana a los juegos de escape actuales ya que tiene salidas de emergencia y números de teléfono de contacto. Pero es que entre sus más de 5.000 metros cuadrados se pueden pasar con calma un par de horas. Precio de la entrada 4 €.

Puede que los arbustos perfectamente cortados, las ramificaciones, las fuentes o los adoquines no nos transporten a historias de ficción como las de las salas de escape. Pero siempre pueden transportar a la historia de la humanidad.

 

Fotos:  Wikipedia (CC) / Wikipedia (CC) / Wikipedia (CC) / Laberinto Villapresente