Para hablar de maternidad con conocimiento de causa hay que haberla vivido, por ello, toda la información que nos llegue antes de plantearlo si quiera, es fundamental. Desde Hardcore maternity nos acercan al universo materno de sus protagonistas con viñetas e historias cortas que explican a la perfección cómo pueden sentirse respecto a sus hijos y a su vida en general.
Detrás del proyecto están Marga Castaño y Esther de la Rosa, dos publicistas que se conocieron trabajando hace unos cuantos años, cuando la maternidad les quedaba muy lejos, después se quedaron embarazadas casi a la vez. Y así comienza la historia de esta aventura, que empezó a tomar forma cuando les separaba el charco porque Esther se fue a vivir a Nueva York. A pesar de la distancia, la idea del cómic tomó valor y Hardcore maternity se hizo realidad. Desde la semana pasada, también en formato libro .
A lo largo de estas viñetas vemos cómo son los mecanismos para sobrellevar la maternidad que han aprendido las autoras y que desde este cómic nos brindan la oportunidad de conocer. Desde las tablets, a las niñeras/os, pasando por el entretenimiento de toda la vida en el parque, las resacas que no casan con los legos de 500 piezas y así hasta los vibradores vs. Netflix o celebrar o no tu cuarenta cumpleaños.
Ellas nos muestran también, que la vida con hijos no es un campo de batalla pero tampoco es nada fácil. Ser mujer joven y con ganas de disfrutar, a veces no se lleva bien con la culpabilidad, con la hoja de ruta que se supone que hay que seguir, con el juzgar porque sí o con simplemente, con querer sacarle siempre el máximo partido a todo.
Lo cierto es que en los últimos tiempos estamos viviendo un acercamiento a la maternidad que sale de los moldes opresivos que se han mantenido con nuestras madres y abuelas, aunque la violencia obstétrica siga a la orden día. Podemos ver iniciativas, ya sea en forma de libros o clubes que ayudan a madres y padres a sobrellevar la crianza lo mejor que se pueda, sin imponer cánones. De ahí que se hayan viralizado historias como las de Orna Donath en Madres arrepentidas (Reservoir Books 2015), libros como Quién quiere ser madre (Alfaguara, 2017) de Silvia Nanclares o que el Club de las malas madres tenga cada vez más adeptas en sus filas.