El hombre es hombre por su capacidad evolutiva, y no sólo por la demostrada en relación a la más pura supervivencia sino a la de la supervivencia de las ideas, al arte. Más lejos de todo lo que este arte puede aportar al conocimiento de la historia de la humanidad radica la capacidad de crear arte como un método de interacción social, de disfrute. Así lo muestran las obras que componen la exposición El arte en la época de Altamira, con una antigüedad de entre 22.000 y 12.000 años los grabados, utensilios decorados y esculturas denotan como ya en la Edad de Hielo la creatividad visual era imprescindible para la supervivencia y la adaptación.
La Fundación Botín ha modificado su sala creando una entrada más estrecha que comienza a llevar al visitante por esa ficticia cueva que completan las fotografías de pinturas en lo alto de las paredes. Las figuras se muestran por temática en cajas de cristal que permiten observarlas desde todas sus perspectivas. Figuras, en su mayoría, de pequeño tamaño que no por ello ignoran la relevancia de las historias que cuentan. El dibujo en la época de Altamira, Edad de Hielo, también buscaba captar la naturaleza y representar el movimiento por ello las imágenes de animales son constantes. Pero también hay espacio para la decoración y para el sexo con imágenes de mujeres que tienden a la abstracción y el minimalismo e incluso son comparadas con las poses que en la actualidad se emplean en la publicidad de cosméticos. Mujeres que también toman la forma de colgantes, los adornos se presentan como una costumbre ligada a toda la historia de la humanidad, y denotan cierta creatividad visual en las estatuillas de marfil o hueso. Una creatividad igual de latente que la que inspiran los bastones de mando y los propulsores de lanzas, estos eran tan preciados que se reparaban en lugar de crearlos nuevos.
Pero la pintura también tiene su espacio a través de la proyección Arte Subterráneo que presenta sobre una pared en relieve la creación de las obras prehistóricas y la atención del dibujante a las curvas y a la luz. Aunque son las pinturas contemporáneas, en un profundo diálogo con las prehistóricas, las reveladas en la sala. Entre ellas obras de Matisse, Hecht, Pasmore o tres cuadros de Miró que tras visitar Altamira decidió dejar de trabajar sobre caballete.
La comisaria de la exposición, Jill Cook (conservadora Jefe del Departamento de Paelolítico y Mesolítico del British Museum), apunta que se trata de creatividad y expresión “no queremos presentar las piezas como si estuviesen en un museo arqueológico, sino que se trate de arte” porque de hecho “los seres humanos no hacemos cosas que únicamente cumplen una función, hacemos cosas para elaborar emociones”. Fue en enero cuando The British Museum, entidad que colabora en la muestra, presentó Arte en la edad de hielo: la llegada de la mentalidad moderna, ahí surgió la idea de El arte en la época de Altamira. Y es también de este museo del que se han traído algunas de las piezas incluyendo un marfil de mamut que es la primera vez que sale de Londres para reunirse con otras obras llegadas de nueve museos nacionales y de Gran Bretaña, Francia y Alemania.
Creatividad y evolución el arte no distingue de edades. Cambia su percepción, su valor o los métodos a través de los que se crea, pero no su esencia. No su modo de entender y mostrar el mundo que nos rodea, nos ha rodeado o, como humanos, nos rodeará.
La exposición permanecerá abierta hasta el 29 de septiembre en horario de 10:30 a 21 h. (entrada gratuita) en la Sala de Exposiciones Fundación Botín (C/ Marcelino Sanz de Santuola, 3 Santander). Además de la exposición se realizarán diferentes actividades y visitas.
Fotos: Palart. 550 Renos nadadores. Montastruc, Bruniquel, France © Trustees of the British Museum / Grand Nu 1950 Grabado – engraved, The British Museum ©Herni Matisse / Escultura de Bulto redondo (Glotón) © Verónica Schulmeister Guillén. Museo Arqueológico Nacional (N.I. 1984/115/1)