Los carteles amarillos por las calles de Carabanchel marcaban el camino, como las baldosas. En la puerta de los edificios, señalaban que ahí dentro había arte. Una vez en el interior, todos los matices y las opciones han tenido cabida: ironía y crítica, óleos y neón, madera y hierro. Del 4 al 6 de mayo, Carabanchel ha sido un hervidero de creatividad. La segunda edición de Art Banchel ha reunido proyectos de unos 30 estudios, con más de 50 actividades entre las que se incluyen danza, charlas, videoinstalaciones, muestras de diseño de moda o incluso showcooking. Art Banchel es una iniciativa autogestionada que en este caso colabora con Acca Atelier, una entidad con sede en Turín.
Los participantes trabajan todas las disciplinas. El artista Erick Miraval participa junto otros creadores de Estudio 10 en el proyecto Construir el cuerpo. Este trabajo considera la construcción de lo físico, lo presencial y lo identitario. Miraval ha intervenido una serie de fotografías antiguas con la intención de preguntarse sobre el anonimato y la ficción. Para completar su obra, ha colaborado con un escritor, Gregorio Guirgo. Nos cuenta (en su estudio, con una luz privilegiada y tras aconsejarnos coger una lupa para ver mejor las fotos) que anteriormente residía en Malasaña, pero se mudó con su equipo a Carabanchel. Explica que éste es un buen lugar para trabajar donde podía encontrar muchas sinergias. Sobre Art Banchel como iniciativa, opina que el mercado del arte es una “entidad estanca”, y proyectos de este estilo permiten al comprador adquirir la obra sin intermediarios. Eso es lo que busca: “dotar de anima la obra y recuperar el carácter crítico”. Además, la cercanía y el contacto con el autor suponen una ventaja. Victor Royás es otro de los artistas presentes en Estudio10. Royás investiga la fragilidad del cuerpo después de la violencia física, eligiendo para sus creaciones vidrios y flores naturales. También en Estudio10 han estado las pinturas de Alicia Martín. Muy cerca, en la terraza del coworking OMNI, los visitantes han podido disfrutar de un happening al sol.
El año pasado se celebró la primera edición y Art Banchel se dio a conocer. Su lema en 2017 fue “al margen hay sitio”, haciendo visible que lejos de las instituciones canónicas (cruzando el río) hay opciones artísticas sólidas. Pero, ¿hasta dónde se considera periferia? A la efervescencia creativa han contribuido muchos estudios, algunos con reconocimiento y prestigio ya consolidado y otros de menor envergadura. La mayoría de los espacios que han participado en Art Banchel están ubicados en la zona de Opañel y Oporto: Mala Fama, Nave Oporto, URG3L, LaLatente, La Catorce-Quince, 35.000 Jóvenes, Casa Banchel, UEstudio, Espacio Vista… Todos viven el contexto que habitan, alimentándose de la idiosincrasia del barrio y quizá configurando una nueva. La concentración de estudios no parece ser motivo de rivalidad, sino que ayuda. Un ejemplo ilustrativo de esta congregación es el 21 de la Avenida Pedro Díez, donde se ubican Estudio Lisboa, Faro 12, Totaki Guaraní, La Latente, Photoalquimia, José Luis Serzo y D11. El proyecto, en definitiva, muestra un Carabanchel dinámico, de barrio pero con tendencia internacional, el que condensa músicos, pintores, arquitectos, diseñadores…
Sin embargo, no todas las reacciones son positivas. También ha habido, aunque minoritarias, algunas muestras de rechazo, sobre todo en forma de grafitis. Bajo la opinión de algunos, la presencia de estos artistas encarece el barrio y favorece procesos de gentrificación. Habrá que esperar a las próximas ediciones para comprobarlo.