Sin día ni hora, fiestas clandestinas

Un mensaje en alguna red social y un código QR son ahora la entrada imprescindible para acudir a fiestas clandestinas.

 

Un mensaje en alguna red social y un código QR son ahora la entrada imprescindible para acudir a cualquier fiesta clandestina. Lo oculto atrae, la curiosidad y ser partícipe del secretismo es sólo una motivación más para acercarse a un lugar desconocido a escuchar «lo que toque» y con gente por descubrir.

El boca-oreja ha quedado olvidado y el pensar en una fiesta clandestina como ilegalidad y trasnoche también. Ahora la incertidumbre si estás invitado a una de ellas radica en el concepto, en la temática elegida. Porque, como en cualquier otra fiesta, la atención por la gastronomía, la calidad de la cerveza o el dj elegido son las claves para ser recordada.


Llegar a través de una invitación personal a un lugar solitario y encontrar tras la puerta un mundo de diversión es la premisa con la que surgen estas fiestas clandestinas que en los últimos meses también han sido organizadas por diferentes marcas. Alhambra Reserva 1925 lo ha hecho dentro de Arte por descubrir donde combina diferentes proyectos, desde este arte clandestino -centrado en los maestros artesanos- a la música con Desnudos de etiquetas, un programa de mecenazgo para ejecutantes de guitarra española.

Lo oculto siempre es un reclamo y la artesanía también. Seguro que estas fiestas son muchas más, pero no serían clandestinas.