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Será que suena ‘Marquee Moon’

Será que suena Marquee Moon”, cantaban Amaral en 2002 en aquel sencillo, “Moriría por vos”, que describía una noche de romanticismo casi desesperado. Algunos españolitos se preguntaron entonces, precisamente por la juventud que denota ese diminutivo, de qué luna estaría hablando el dúo de Zaragoza. Marquee Moon es el título del primer álbum de estudio (1977) del grupo estadounidense Television, con el que Nokton Magazine pone hoy otra piedra en Los Discos de la Roca Madre, nuestra sección de nostalgia musical.

Un momento del concierto de Television en el pasado Primavera Sound.

Marquee Moon es, precisamente, el disco que los Television, casi cuarenta años después, volvieron a interpretar íntegramente en la última edición del festival de música Primavera Sound -con la ausencia de Richard Lloyd, sustituido por Jimmy Rip- ante un público que siempre está sediento de modernidad, aunque sea la de épocas pasadas.

Y es que, pese a pasar sin pena ni gloria, especialmente en su país natal, por las listas de ventas en una época en la que todavía podían venderse cantidades ingentes de discos, Marquee Moon nunca falta en los recopilatorios de los mejores álbumes de rock de todos los tiempos, por su carácter único y, seguramente, irrepetible en la historia de la música contemporánea, que lo ha convertido en un trabajo de culto.

Éste es un disco fronterizo, lanzado en un año, 1977, también fronterizo, marcado por las tensiones entre un mundo empeñado en progresar y otro frustrado, precisamente, por ese progreso: mientras España despertaba tímidamente y no sin dolor de la dictadura franquista, Chile y Argentina se sumían en sus años más represivos y oscuros. Estados Unidos ejecutaba a su primer reo tras reinstaurar la pena de muerte y buena parte del planeta parecía algo mareada por una atmósfera en la que se mezclaba la ilusión del pasado hippie con el cinismo del liberalismo feroz que ya acechaba a Occidente.

Así, Marquee Moon se sitúa en un lugar insólito, a medio camino entre el punk, entonces en plena explosión, y la psicodelia de los años anteriores, y también con trazas de jazz, en especial en la estructura de las composiciones. Algo que los más ‘puestos’ llaman art rock, una tendencia surgida en la década de los 70 con la vocación de experimentar y dar mayor amplitud intelectual, con letras poéticas y metafóricas, al género, y que permite que los Television sean enmarcados por Wikipedia al mismo tiempo tanto dentro del proto-punk como del post-punk. Sea o no un error, podría decirse que el sonido de este disco es tan especial que hace que los de Nueva York estuvieran al principio y sigan estando al final.

“Marquee Moon” es, además, el título de la canción que da su nombre al álbum, una eclosión de casi once minutos que comienza con un juego de guitarras que se responden entre ellas, como gotas de lluvia en la ventana, atraviesa después un chaparrón en forma de escala de jazz y termina por convertirse un rayo rockero que no cesa. Cuenta la leyenda que la versión incluida en el álbum fue grabada en una sola toma durante la cual el bajista, Billy Ficca, creyó que solo estaban ensayando. El tema era utilizado por la banda neoyorquina para improvisar en sus conciertos, y terminó alcanzando tal complejidad y duración –más de quince minutos- que incluso a los propios Television les resultaba muy complicado interpretarlo.

El disco es una tormenta luminosa y siniestra que se prolonga durante 45 minutos sin que se nos vayan las ganas de seguir mirando por la ventana: desde el meneo lánguido y gamberro de “See no evil”, hasta la dulce melancolía del eso es todo, amigos de “Torn Curtain”, la canción que cierra el telón del álbum. Mientras tanto, hay tiempo para lo exótico y lo tenebroso en “Friction”, para ese aire tan de los cincuenta y tan “Stand by me” de la progresión de cuerdas de “Prove it”, y también para el claro entre las nubes que es «Guiding light«, una hermosa balada que, seguramente, no nos habría sonado extraña en boca de David Bowie ni de Elton John. Y ello gracias, sobre todo, a la maestría de Tom Verlaine y Richard Lloyd a las guitarras, que los convierte a ambos en ejecutores de milagros como vestir a Marquee Moon de una elegancia que parece electrónica, cuando la música electrónica casi ni estaba inventada.

Un disco, insistimos, irrepetible y revolucionario; quizá tanto que los propios Television no lograron sobrevivir a él después de que su segundo trabajo, Adventure, decepcionara a sus seguidores más puristas y de que las tensiones enfrentaran a Verlaine y Lloyd hasta su separación. La banda volvió a reunirse en 1992 para grabar un álbum homónimo y ha seguido ofreciendo conciertos ocasionales, el último de ellos, en Barcelona, para recuperar este Marquee Moon que, como Lloyd dijo en una entrevista hace tiempo, es capaz de “cambiar para siempre las percepciones de quien lo escucha por ambas caras».

Fotos: scannerfm_flickr (cc) / Affendaddy (cc)

Manuela Astasio

El periodismo cultural es ese novio que, aunque no tiene un duro, es tremendamente divertido. Yo tampoco tengo un duro, pero espero contribuir a vuestra diversión.

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