Si Ganges nos conquistó allá por 2018 en su colaboración con Mow (Gabriela Casero), ahora el proyecto tras el que se encuentra Teresa Gutiérrez toma una nueva dimensión. Con tres temas publicados hasta la fecha, Ganges explora en lo que será su nuevo álbum ‘Dime algo (bonito)’ un nuevo sonido cercano al bedroom pop, pero lleno de matices donde cabe todo, desde el r&b a aires más tropicales.
Los temas publicados no pueden sonar mejor, hablamos del primer adelanto que pudimos escuchar: Ya no te quiero, donde la ironía tiene mucho peso y es que en el amor nada es cuantificable. Okinawa, segundo tema de lo nuevo de Ganges se erige como estado mental y hit ultrapegadizo; es una oda fresca y espontánea a las mil formas que nos hemos inventado para pedir deseos. La canción, producida por la propia artista, es un chute de buenas energías y melodías que se adhieren de manera instantánea con la primera escucha.
El último tema antes de la inminente salida del nuevo álbum es 6º, una sarcástica oda indietrónica sobre cómo sobrellevar las rupturas. Torres más altas han caído. El sexto piso al que se sube Ganges en su nuevo single compone un rascacielos de indietrónica pop con tanta dulzura como poderío: una canción que habla de cómo te sientes sobrellevando una ruptura desde un punto de vista tan franco como sarcástico, resultando por momentos hasta cómico, pero sin perder la pegada ultramelódica que caracteriza a las canciones de la cántabra.
Ganges, que en los últimos dos años ya pasó por escenarios como los del Primavera Sound, el Mad Cool o el SXSW norteamericano, y quien ha formado parte de la banda de Natalia Lacunza (OT) en su Tiny Tour; continúa dinamitando las fronteras entre indietrónica, universo lo-fi, synthpop, ecos de la música oriental y un trabajo de orfebrería en donde cada pequeño detalle consigue que las canciones del álter ego de Teresa Gutiérrez la convierten en una alquimista del nuevo pop.
Desde 2017 ha publicado tres LP, para este nuevo larga duración contaba Ganges para Neo2 que «hay mucho romanticismo Lo-fi, referencias a videojuegos, infancia, a Japón y al amor». El álbum está compuesto y producido antes de la pandemia. «Justo después de terminar mi disco anterior me puse a aprender a producir en Ableton Live, que hasta la fecha sólo había utilizado para tirar pistas en los directos. Me enganché y empecé a componer a la vez que producía. En cosa de un mes y medio tenía el disco terminado, fue un poco fast&furious», relataba Teresa.
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