Nokton Magazine - Revista cultural
Entras al cine con inquietud porque se te ha olvidado mirar el metraje de la cinta y sales con la sensación de que las palomitas no han durado casi nada. Comentas con la gente que tienes la impresión de que todas las películas son más largas actualmente y parece corroborarse, pero ¿es cierto?
Piensas que se debe a que nos hemos acostumbrado al consumo de vídeos cortos ya sea en Youtube o en redes sociales (de los segundos de TikTok al minuto de Instagram), a que vivimos en una vorágine de prisas y a que cada vez somos más conscientes de en qué gastamos cada minuto, y puede que sea verdad.
Diferentes aspectos parecen avalar que las películas más taquilleras tienen una duración extremadamente larga para el cine al que estábamos acostumbrados, que solía rondar los 100 minutos. Pero si nos atenemos a la media no ha variado demasiado en los últimos según muestra el estudio de 2016 (aunque solo analiza cintas hasta 2013) del experto en data Randal Olson basado en información de IMBD.
Sin embargo hay diferentes aspectos que sí parecen corroborar que al menos los blockbuster han aumentado en metraje.
Por lo que esta sensación puede deberse a que son las más populares, comerciales o exitosas, y principalmente los blockbusters, las que sí cumplen esta premisa. Porque si echamos la vista atrás y tomamos como baremo las películas premiadas por la Academia de Hollywood; la película más larga en ganar un Oscar es Lo que el viento se llevó (1939) con 224 minutos y por aquellos años hay más como Lawrence de Arabia (1962) con 222 minutos. Mientras los últimos años han rondado los 120.
No solo se trata del cine, otros productos culturales también siguen esta tendencia. Es fácil asistir a obras de teatro de dos horas y media, aunque hay que reconocer que una interpretación de Shakespeare podía durar cinco horas, y que algunos libros ronden 1.000 páginas. En el caso de estos últimos un estudio de Flipsnack sobre los más de 2.500 bestsellers del New York Times confirma que han aumentado sus páginas un 25% en 15 años; en 1999 la longitud media era de 320 y en 2014 de 407. Puede que también prefiramos el libro gordo aunque la letra sea grande, o que sea el libro electrónico, dónde el tamaño no importa, el que facilita que se alarguen.
Aunque siempre hay alguien que va a contracorriente, al menos en España. Las series internacionales siempre han optado por formatos de 25 o 50 minutos, mientras en nuestro país estábamos acostumbrados a bastante más de una hora. Sin embargo parece que la competitividad que tiene que adquirir la televisión frente a las plataformas digitales está haciéndoles reducir el metraje.
Hablemos del producto cultural que hablemos lo que sí es un hecho es que si tiene la capacidad de entretener o emocionar el tiempo no importa. Lo sabían hasta los replicantes “Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia” (Blade Runner).
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