Nokton Magazine - Revista cultural
Ser igual de popular en la novela gráfica, la novela, el cuento y las series es un estatus reservado a muy pocos. Y en la actualidad, lo copa Neil Gaiman. Desde que hace 30 años este lector incansable y escritor deslumbrante comenzase con las historias de Sandman su obra no ha dejado de crecer, ni de interesar; ahora más allá del papel.
Aunque Sandman ha intentado, sigue haciéndolo, llegar a la gran pantalla aun no lo ha conseguido. Pero por el momento son otros de sus libros y personajes los que están traspasando medios, acercándonos a su análisis fantástico de las realidades posibles y, especialmente, a la mitología que puede ser en nuestra actualidad. De hecho, dioses y demonios son los protagonistas de todas las series basadas en su obra. Mientras el cine ha indagado en otras de sus fantasías con títulos como Stardust o Coraline.
Buenos presagios ha bebido para su adaptación toda esa esencia de la sociedad inglesa y de la lucha entre el bien y el mal a través de un ángel y un demonio humanizados, cómodos y vividores, que en la ciudad se enfrentan a la llegada del anticristo teniendo claro que su cielo y su infierno solo quieren la guerra. Y que ellos solo quieren evitarla y seguir viviendo.
La serie (Amazon Prime) sigue paso por paso la estructura de la novela manteniendo su punto de ironía y velocidad. Y el elenco no hace más que sumar para rozar la perfección con David Tennant, Michael Sheen, Jon Hamm, Frances McDormand (como voz de Dios) y Benedict Cumberbatch (como voz de Satán). El libro, coescrito por Neil Gaiman y Terry Pratchett en 1991, ha tardado en adaptarse pero quizás en otro momento no hubiese mantenido su esencia.
American Gods es uno de los libros más largos y reflexivos del autor, publicado en 2001. De esos que dejan moraleja y que pase el tiempo que pase mantienen escenas en tu mente.
Los dioses, digamos, los de toda la vida, se enfrentan a los dioses de la sociedad actual porque sí, es ella misma la que los crea a través de las necesidades de sus habitantes en cada momento de la historia. Este enfrentamiento entre la tradición y la innovación está perfectamente medido y la serie (Amazon Prime) sabe exprimir toda la magnificencia de la novela con un lenguaje épico y visualmente onírico en el que el héroe también duda.
Con un formato opuesto a las anteriores, ya que apuesta por los episodios autoconclusivos y la clásica narrativa policial americana, Lucifer (Netflix) es ese diablo que ha abandonado el infierno para darse a la mejor vida en la ciudad de Los Ángeles. Los casos a resolver son casi secundarios porque el engranaje es el propio personaje.
El Lucifer de Gaiman comenzó a crear su propia historia como personaje de Sandman y posteriormente tendría su spinn-off en el cómic. Ahora vive una nueva visión a en la televisión con bastante más libertad respecto al original que en American Gods y Good Omens.
La televisión, siempre ávida de buscar nuevas adaptaciones, ha puesto su objetivo en el escritor británico y, seamos realistas, lo está haciendo de lujo.
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