Nokton Magazine - Revista cultural
El lenguaje del arte contemporáneo parece alejado del que usan/usamos el común de los mortales. Referencial, propio, prestado, inventado o readaptado. No apto para todos los públicos, o eso nos hacen creer. Lo único realmente importante del lenguaje artístico es que nos conmueva, que nos haga sentir algo, para bien o para mal.
La contextualización de las sesiones de la convocatoria de performance, expresión creativa que despierta todavía más recelos por parte del espectador poco (o mucho) versado en estas lides, no se antojaba sencilla. Lluvia, domingo por la mañana, una Málaga de resaca post-festival de cine y la sensación de que la ciudad no acababa de enterarse de que se estaba celebrando una feria de arte contemporáneo en el centro. Con todos los elementos, la sesión parecía poco esperanzadora en cuanto alcance de públicos, pero el factor sorpresa y la sensibilidad, nunca pasiva, del que observa.
La selección, supervisada y examinada por la institución museística tras una convocatoria pública lanzada por Art&Breakfast, se desarrollaba en un espacio acristalado con las puertas abiertas al público que, a pesar de las inclemencias del tiempo, se mostraba tímido a la hora de adentrarse a compartir espacio físico con el artista. El pudor por la convivencia en una situación desnaturalizada en plena creación despierta recelos por parte del que mira. Sin llegar a ser especialmente numerosos, cuando los paseantes se dan cuenta de que “algo” pasa, ralentizan su caminar, se paran o pasan de largo para volver a los pocos segundos. Una decena de paraguas sirven de techado improvisado para resguardar de la lluvia a unos cuantos.
El señor con el periódico debajo del brazo posiblemente nunca haya presenciado una performance, pero se enternece con la dureza de las acciones generadas por recuerdos de un niño perdido, acosado, que sirve de punto de partida y expresividad para la propuesta de Álvaro Caboalles. Una mujer de pelo blanco, maquillada para la ocasión, aunque en realidad ella buscara su clásico concierto dominical gratuito, suspendido esta vez por la lluvia, se pone nerviosa y comenta a quien quiera escuchar que esas azaleas blancas, que sirven de co-protagonistas alimenticias a la acción de Juan Yuste, son venenosas. La sangre que macha los pétalos blancos sirven de “perfecta metáfora de España” para una pareja de ingleses que por allí se asoman. Un niño mira embobado el lento proceder de José Antonio Vallejo Serrano al colocarse las manoplas y la cabeza de oso de peluche. Quizás la manera en la que el pequeño estruja las manos de sus padres sea la mejor manifestación de lo que pasa por su cabeza.
Y cuando parece que ya está todo terminando, que no ha sido más que un pasatiempo para esa mañana dominical, la rabia muda, la risa nerviosa y las ganas de participar se cuelan con la videoinstalación interactiva impossible music #33 “grito mudo” de Alberto Bernal. Gritos, alaridos, una manera de descargar tensiones, de sentir alivio. Quizás el malagueño medio, o el público en general al que se le distancia del arte, por hacérselo más obtuso o creer que no lo van entender, lo único que necesita es tenerlo al alcance, porque se trata de eso, de sentir.
Contenido relacionado:
Quién es quién en Art & Breakfast / 2
Apertura: El efecto contagio de la fotografía en Art & Breakfast
A nadie le sonará extraño escuchar que para ningún oficio se nace aprendido. Es una…
Isabel Romero Casas es la autora de la novela histórica El eco de mi nombre,…
Cada día son más quienes buscan que sus teléfonos móviles se limiten a llamadas, un…
Hablamos con el premiado escritor Marco Missiroli que acaba de publicar 'Tenerlo todo'.
Cuenta el escritor bilbaíno Fernando García Pañeda que una vez le dijeron a Vargas Llosa…
Sí, has leído bien. Los hijos de justo, la ópera prima del escritor Fran Ortega,…