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Urban Knitting, un arte urbano no invasivo

Un encaje creado a partir de un patrón de 1894 parece colgado sobre la Cité de la Dentelle et la Mode de Calais. En realidad es una pintura que quiere ser textil. Un trampantojo que juega con los pinceles y el urban knitting. Y es que el textil ha llegado a las calles para quedarse (al menos en lo que el carácter efímero del arte ubrano lo permita), para convivir con graffitis y carteles; para recordarnos que la ciudad siempre está viva.

El arte urbano nace para morir, desde sus orígenes, en los que podemos remontarnos más de 30.000 años pasando después por Pompeya o por el Imperio Romano para ver cómo los ciudadanos dejaban sus pinturas y textos en una atracción por la pared que resurgió en la década de los 60 del s.XX. Desde entonces no ha olvidado su carácter efímero siendo muy consciente de que cuando el lienzo es la calle nada puede perdurar para siempre.

Cada vez estamos más concienciados de que en nuestro día a día es mejor invertir en telas duraderas, pero en la calle todo cambia. Es un material que no afecta al mobiliario en el que se encuentra, y por tanto evita polémicas en la intervención artística; como las últimas de Okuda San Miguel en el faro de Ajo o de Boa Mistura en el pabellón de la Alhóndiga de Getafe ideado por Fisac. Además el uso de textiles en el arte une a la comunidad, como ejemplo proyectos como Tejiendo en la calle, que unen a los vecinos para decorar su barrio.

El trampatojo de la artista NeSpoon, que ha recuperado un patrón de flores y hojas de 1894 pintándolo sobre una fábrica de tejidos del s. XIX, demuestra la relevancia del urban knitting en la actualidad. Llevándolo un paso más allá de trabajar con telas para volver al arte urbano “más clásico”.

El urban knitting está presente a nivel internacional, pero no nos será difícil recordar una de las primeras grandes acciones que se llevaron acabo desde este estilo en nuestro país. Fue en 2012 cuando los bolardos de las calles de Lavapiés aparecieron abrigados con divertidas creaciones tejidas con lana. Esta modalidad, denominada Yarn bombing o bombardeo de hilo, es una de las más comunes dentro del urban knitting. El mobiliario que se ataca a través de ganchillo con cada acción no tiene más límites que los que la ciudad se ponga; árboles, bolardos, farolas, bancos, escaleras, puentes…

Yarn Bombing en Lavapiés.

Pero algo cambia respecto al arte urbano más popular, y es que tras estas obras en muchas ocasiones no hay artistas (entendamos artista como alguien creativo dedicado a la imagen en este caso) sino, simplemente, vecinos. Existen multitud de colectivos y proyectos en diferentes barrios y ciudades compuestos por vecinos que se unen para crear tejiendo sus cuadraditos de ganchillo individualmente y uniéndose en comunidad para componer con ellos prendas que reivindiquen y embellezcan sus calles. Si algo se mantiene de la esencia del arte urbano es su carácter de concienciación social.

El uso del color es clave para tejer las calles, lo demuestra el uso que hace de él uno de los colectivos más relevantes dentro del urban knitting y el bombardeo de hilo. Se trata de las texanas Knitta, un proyecto que busca recuperar una de las esencias del arte urbano, los tags. Y que han llegado a ser reclamadas por otras ciudades, como Los Ángeles o París, para acudir a exhibir su arte. Detrás del colectivo está Magda Sayeg, denominada madre del yarn bombing o de la Guerrila Knitting.

Intervención de Magda Sayeg.

Aunque el uso de hilo y textil también es popular en collages y lienzos. De hecho el trabajo de la mexicana Victoria Villasana, que interviene fotografías, es conocido como arte urbano textil aunque su disfrute se realice desde galerías y museos. Pero el salto del arte urbano a los circuitos artísticos es otro menester. Sin embargo el urban knitting ya está siendo reconocido como un estilo más de arte urbano, saltando de los barrios a monumentos como el toro de Wall Street intervenido por OLEK.

Intervención de Olek.

Intervenir sin deteriorar, sacar una sonrisa a los transeuntes, unir a la comunidad… Los beneficios del uso del textil en el arte urbano son notables y parece haber llegado para quedarse.

Rocío A. Gómez Sustacha

Rocío A. Gómez Sustacha es especialista en comunicación digital y periodismo cultural, así como cofundadora de Nokton Magazine.

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