Nokton Magazine - Revista cultural
La Bernarda de Lorca sigue siendo tantas cosas. Crueldad, fidelidad, pasión, amargura. Un gran hermano, una cadena perpetua, un manicomio, una guerra civil.
Y, ahora, se prorrogan las representaciones de La Casa de Bernarda Alba de Hugo Pérez de la Rica e Irina Kouberskaya. El Teatro Español se mantiene así como referente en Madrid de las revisiones de los clásicos -cercanos o lejanos-.
En esta ocasión, el desgarro más apabullante tras el escudo de su rico telón. Un texto que no muere y que vale la pena reinterpretar para el público que no lo conoce –mucho- y también para aquel que lo tiene olvidado. La historia de mujeres que dejó Lorca siempre será la misma, pero cada vez parece más extrema y loca con el pasar de los años.
La “escuela” de Tribueñe asume el reto de innovar, respetar y entretener. El resultado es una versión lírica de la obra, transversal; fundamentalmente gracias a su puesta en escena. Es pausada y muestra un equilibrio notable entre el silencio y la palabra, entre la música y el movimiento. Todos ellos tratados como capas de contenido que se superponen para crear la espesa niebla doméstica y el ritmo poético que llene la mente sin descuidar los sentidos.
El elenco artístico aporta un alto nivel encabezado por Carmen Rodríguez de la Pica (Bernarda) y la propia Irina Kouberskaya (la madre de Bernarda). Cada acción de estas mujeres es llevada al máximo de su cuerpo. Las escenas son cuadros fotográficos. La tradición lo impregna todo, como danza austera y simbólica. Arte en escena y pedagogía para nosotros.
Foto: Teatro Español.
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