Nokton Magazine - Revista cultural
De pequeño, y a veces también de mayor, tienes que soportar las bromas de tus compañeros de clase porque a tus padres les pareció importante ponerte el nombre de tu tío-abuelo tercero, por raro que sonara, o el de su cantante favorito aunque sea un nombre artístico para hacerles un homenaje. De acuerdo, no es culpa del nombre en sí sino de la guasa de los que te rodean, pero sea como fuere, un nombre marca.
La presencia de inversión privada en instituciones públicas cada vez es mayor y podríamos decir que es deseable que lo sea aún más, pero con reservas. Aunque no haga falta explicarlo, tener el dinero no significa que las empresas puedan tener carta blanca. La inteligencia de la inversión de algunas de las grandes empresas debe estar aconsejada y guiada por los que conocen las instituciones a las que se quiere apoyar. No hay mejor publicidad para el que pone el dinero que el buen uso de ese capital. Aunque no esté tan clara la equivalencia, la imagen será que están devolviendo a la sociedad una parte de las riquezas que la colectividad les dio. Es una bella manera de conseguir implicación total de todas las fuerzas en el crecimiento cultural y social de un país que sigue careciendo de una más que necesaria ley de mecenazgo. Y de pronto aparecen los gestores públicos que parecen desconocer el patrimonio y el intangible tan importantes con los que se trabaja. Preparan fastos para la entrada de lo privado en lo público sin ningún tipo de control olvidando su función. La gestión pública no debe buscar únicamente el beneficio económico. Su misión debe centrarse en la defensa, preservación, conservación y difusión de facetas de la cultura que quedarían en la sombra sin la presencia gubernamental. Cuando manejan una parte de los impuestos que manan del dinero de todos, no pueden obviar la parte de voz y voto de la población.
La importancia de llamarse Ernesto. La importancia de tener una denominación que sea adecuada para lo que significa y simboliza. Porque tu tío-abuelo tiene derecho a ser honrado y recordado, en la mayoría de los casos un nombre es mucho más que una etiqueta y la cultura pública debe tener una función que no debemos olvidar y mucho menos permitir que los que ostentan cargos de poder la nieguen.
Fotos: Zaqarbal (cc) / Puroticorico (cc) / Daquella Manera (cc)
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