Interior de la spiegeltent del teatro La Estación.
Un espacio abandonado en la ciudad de Madrid y un hombre que soñaba con poder crear en él un complejo cultural comparable en simbolismo al mismísimo Moulin Rouge de París; al Royal Albert Hall en Londres o a la Ópera de Sidney. ¿Pretencioso? Puede parecerlo, pero el sueño ya ha comenzado a materializarse. El ideólogo es el polifacético Luís Álvarez —empresario teatral, actor, escritor…— y el lugar en el que ha puesto los ojos para llevar a cabo este futuro “referente mundial de la educación, restauración y el entretenimiento” —en palabras de Álvarez— es el edificio de cabecera de la antigua Estación del Norte —actualmente conocida como el intercambiador de Príncipe Pío—. Las obras empezarán en diciembre y, durarán, aproximadamente, 18 meses. Para ir abriendo boca, Luís Álvarez y sus socios presentaron a los medios, el pasado martes 1 de diciembre, los pormenores del que será, tal y como se augura, un macrocentro de ocio cultural.
Luis Álvarez tiene, tal y como él expresó durante la rueda de prensa, un “amiguete” que se “apuntó desde el minuto uno”. Nos referimos a Santiago Segura, que acudió al acto de presentación y que no dudó en bromear sobre las tácticas de convicción de Álvarez; “con esa mezcla de torero —su padre era torero— y telepredicador consigue engañar a inversores como Bankia —inversor privado del proyecto—». Segura también aprovechó para mostrar su satisfacción sobre el hecho de que se ponga en pie un “centro cultural para los ciudadanos” en lugar de un Zara o H&M. “Cada vez que cierra un cine y un teatro en Madrid no es que se muera un gatito, pero a mí me jode”, señaló.
Tanto Álvarez como Segura, a los que después se juntaría José Mota, concurrieron al concurso presentado por el gestor ferroviario Adif —perteneciente al Ministerio de Fomento— a través de un consorcio formado por las empresas Global Health Consulting, You Show —productora del director y protagonista de Torrente— y Wonderland.
El contrato de alquiler del espacio tiene una duración de 50 años y se tienen previsto invertir 9 millones de euros.
En 1993 la Estación cesó definitivamente su actividad. Desde entonces su edificio de cabecera, —construido en 1928 como una ampliación de la estación, de 7.000 metros cuadrados y de estilo Art decó— ha permanecido, salvo en raras excepciones, cerrado al público. Su estado de abandono hace irremediable una rehabilitación del mismo, aunque siempre respetando su fachada y estructura. “Es un edificio protegido…es tan maravilloso que es muy fácil decir ¡por favor no lo toques!”, comentó Álvarez a la hora de explicar el hincapié que harán en su conservación.
Según lo establecido, el edificio principal —donde se encuentra el hall—albergará una sala de conciertos, un plató de TV, una sala de exposiciones y un teatro. La zona más comercial y de restauración se ubicará en la Torre de Poniente, mientras que en la Torre de Levante está planeado situar una escuela de danza e interpretación.
Para combatir la espera hasta el término de las obras, se nos brinda la oportunidad de acudir en calidad de público a los espectáculos que se representarán, desde esta tarde, en la primera Spielgeltent de España —importada de Holanda—, situada al lado de la fachada de la antigua estación ¿Y qué es una Spielgeltent? Pues es un espacio escénico que nos transporta a la Bélgica de finales del siglo XIX. También conocidas como “carpas de espejos” se usaban como una especie de salones de bailes móviles que se instalaban en los pueblos y pequeñas villas para que la gente de clase social más baja, dedicada a los trabajos del campo mayoritariamente, se pudiera divertir. Posteriormente, se volvieron a popularizar y hoy en día las podemos encontrar en festivales de teatro o música.
La Spielgeltent madrileña, como las originales, consiste en una estructura circular construida en madera y en cuyo interior hayamos una pista de baile o escenario. Muy curiosa es la hilera de espejos que se encuentra rodeando por dentro toda la estructura. Se comenta que antiguamente servía para el arte de la seducción. A través de los espejos los hombres podían observar a las mujeres por las que sentían atracción sin ser vistos.
¡La sensación que transmite es la de encontrarse en una especie de circo con toques cabareteros!
Uno de los puntos fuertes de este proyecto es su parte solidaria. “No habrá una empresa en el futuro que no tenga un objetivo social”, apuntó Álvarez. Por eso, para el restaurante que tiene programado construir en la Torre Poniente, e inspirándose en el restaurante solidario Soul Kitchen de Bon Jovi, trabajará codo con codo con el chef Javier Muñoz Calero y la Fundación Raíces, a través de su proyecto Cocina Conciencia que aúna “el mundo de la gastronomía y la exclusión social”. El objetivo que persigue Cocina Conciencia es la integración socio-laboral de jóvenes españoles e inmigrantes de 16 a 25 años sin referentes adultos o familiares.
A nadie le sonará extraño escuchar que para ningún oficio se nace aprendido. Es una…
Isabel Romero Casas es la autora de la novela histórica El eco de mi nombre,…
Cada día son más quienes buscan que sus teléfonos móviles se limiten a llamadas, un…
Hablamos con el premiado escritor Marco Missiroli que acaba de publicar 'Tenerlo todo'.
Cuenta el escritor bilbaíno Fernando García Pañeda que una vez le dijeron a Vargas Llosa…
Sí, has leído bien. Los hijos de justo, la ópera prima del escritor Fran Ortega,…
