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Egon Soda: “Difícil es un adjetivo que podríamos aplicar a todos nuestros discos”

“Lo intentaremos un poco mejor. Nos merecemos algo mejor”, cantan los Egon Soda en ‘Loren Ipsum’. Eso, una especie de optimismo inconformista, parece ser su filosofía, la misma que les empuja a tomarse cada gira y cada disco –se preparan ya para empezar a grabar el tercero- como si fueran los primeros. Tras un par de meses de parón “típicos de Egon Soda”, definidos así por Ferrán Pontón, su guitarra y letrista, la formación de Barcelona vuelve al directo, cargada de ganas y de las canciones de su venerado segundo trabajo, El hambre, el enfado y la respuesta. El difícil segundo disco de Egon Soda (Naive, 2012), que estarán interpretando este jueves 5 de febrero en la sala Wah Wah de Valencia y el viernes 6 en la 12 y medio de Murcia. Con Pontón ha hablado Nokton Magazine.

Cuando se le recuerda que en la gira del que fuera su debut, Egon Soda (2008), hubo fans que se quedaron con ganas de más, el letrista de la banda se justifica explicando que siempre intentan hacer el máximo de eventos que les salen, pero “sujetos a su disponibilidad”. Y es que, como la inmensa mayoría de los músicos patrios, Ricky Falkner, Ferrán Pontón, Xavi Molero, Pablo Garrido y, ahora también, Charlie Bautista y Ricky Lavado, siempre andan a mil cosas. Falkner, Pontón, Garrido y Lavado, por ejemplo, han estado inmersos en el proyecto Mi Capitán, que pone música a las canciones de Gonçal Planas.

Como suele suceder, también compaginan la música con otros trabajos fuera de la industria. Pontón, sin ir más lejos, se encarga también de una librería y una editorial. “Es algo difícilmente cambiable que tiene que ver con el sino de los tiempos. Los músicos se ven obligados a tocar en muchas bandas para poder vivir o a buscar otros trabajos”, relata. Él le ve ventajas. Por un lado, una agenda apretada parece estimular su creatividad. “Cuantas más cosas se me acumulan más se dispara; como el vapor de una tetera, la canción sale mucho más rápida si me pilla en medio de algo que si tengo tiempo para que las cosas funcionen”, confiesa. Por otro, que los músicos toquen en distintas y variadas formaciones es, según Pontón, “muy bueno para el conjunto de la música”. “Genera un magma común del que todo el mundo se va alimentando”, asegura.

“Cuando hay que hablar claro”

Pero que Pontón sea positivo no significa que ni él ni los suyos tengan ojos para ver lo que está sucediendo a su alrededor. A veces más crípticas, a veces menos, en las letras de El hambre… queda patente: “Jonás se volvió a la ballena al ver lo que había fuera”, dicen los versos de ‘Nueva Internacional’. “Tiendo a utilizar palabras un poco extrañas, pero cuando tengo que hablar claro lo hago, como creo que también le pasa a gente como Nacho Vegas”, cuenta.

El músico y compositor entiende que la politización del indie nacional pueda haber pillado a algunos fans con el paso cambiado. “Hay gente acostumbrada a la parte más festiva que tiene el indie a la que letras así le llevan a sitios incómodos o en los que no quiere pensar. Pero son costumbres y prejuicios que con el tiempo se van diluyendo”. Pontón pronostica que dentro de veinte años todo el mundo entenderá que en la crisis muchos músicos estuvieran así de implicados.

«Me cuesta imaginar que alguien haga letras o pinte cuadros en estos tiempos y no le afecte lo que pasa alrededor. No conozco a nadie que viva en una torre de marfil”, reflexiona. Así fue con los cantautores de la Transición; así fue, también, cita, con el punk, que no pasó porque sí, sino “debido al apogeo del liberalismo inglés”. “Eso está ahí debajo y lo explica todo. Como a cualquier ser humano, nos afectan las condiciones que nos rodean”, reconoce.

Digestión lenta

Si El hambre… luce como subtítulo el de un “difícil segundo disco”, nos cuenta, no es solo por el proceso que llevó hasta él, sino también por su resultado: un álbum doble de veinte canciones que Pontón desearía que “la gente digiriera lentamente y con paciencia”, para toparse con todas esas “pequeñas trampitas» que los Egon van «dejando con cuentagotas”. Se espera que entre finales de febrero y principios de marzo salga la edición en vinilo. “Escuchar discos dobles necesita tiempo, y un disco de vinilo casi necesita más”, indica.

Pero, en realidad, difícil, señala, “es un adjetivo que podríamos poner a todos los discos que puedan llegar de Egon Soda”. Y se ríe. Después aclara: “Siempre cuesta mucho y mover toda la maquinaria es complicado. Siempre nos exigimos más, y eso no quiere decir que sea complejo en cuanto a arreglos, sino que pasas por más dudas y exigencias, te obligas a ser un poco más crítico y el proceso se hace más largo”.

Y así parece que será, también, en el trabajo que planean lanzar el próximo otoño, para el que ya hay fechas de estudio previstas. Ahora que Egon Soda, que cuando empezó a grabar El hambre… no sabía si encontraría una discográfica que lo quisiera, cuenta con el apoyo de la francesa Naive desde el minuto cero, se plantea nuevos retos.  “En vez de hacer un disco tan en directo como el segundo, queremos trabajarlo para poder complicarlo, buscar un sonido no tan de directo, sino otro que nos permita cambiar las canciones cuando las toquemos. Ya que contamos en el grupo con Charlie y Ricky, vamos a apretar un poco la producción”, avanza.

Ese juego es una de las cosas que a Pontón le gustan, precisamente, del músico italiano Paolo Conte, de quien se declara fanático y cuyo “Sparring Partner” aparece versionado en El hambre… en la voz de Falkner. “Es un intérprete que debería gustar mucho a la gente a la que le gusta el indie y el rock alternativo, porque es capaz de cambiar mucho sus canciones de un concierto a otro”, comenta, extrañado de que Conte no cuente con más fans en España. “Tiene ese punto clásico de cantautor melódico pero a la vez muy teórico de la música que quizá lo aleje del gran público”, explica Pontón, quien, a diferencia de los chistes hípsters de “me gustó solo el primer disco”, es un gran defensor de los últimos álbumes de Conte, que el pasado 6 de enero cumplió 78 años.

Fotos cortesía de Naive.

Egon Soda estará este jueves 5 de febrero en la sala Wah Wah de Valencia (entradas aquí) y el viernes 6 en la 12 y medio de Murcia (entradas aquí). Los tickets están a la venta a partir de 6€, y en el local podrá adquirirse El hambre, el enfado y la respuesta a un precio especial. El 11 de marzo actuarán en el madrileño Costello Club, y el 21 lo harán en Aguerere Espacio Cultural de La Laguna, Tenerife.
Manuela Astasio

El periodismo cultural es ese novio que, aunque no tiene un duro, es tremendamente divertido. Yo tampoco tengo un duro, pero espero contribuir a vuestra diversión.

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