Dicen de Jairo Zavala que la mezcla de culturas en su ADN (padre peruano, madre criada en Guinea…) y sus experiencias como músico por el mundo han forjado un estilo que en opinión de muchos – señalar, así de primeras, que es también la mía – se hace indispensable y adictivo.
Sus viajes por Latinoamérica, Israel, Rusia o Estados Unidos, en solitario o con Calexico, viviendo en una especie de road movie que comienza y termina en el rock, tienen una impronta reconocible en este músico madrileño, que siempre que puede vuelve a casa y nos enseña todo lo aprendido, como un niño que presume de juguetes nuevos y además accede a compartirlos.
Y al final, los viajes no son otra cosa que personas que te cruzas en lugares de ensueño y que quedan anclados en la memoria; cuando despiertas de un sueño plácido recuerdas a los protagonistas de tus viajes, aquellos a quienes puedes llamar amigos. Y es probablemente de esto de lo que más sabe Jairo, bien rodeado siempre de una troupe de artistas que, o acaban de despuntar y brillan con luz nueva, o son parte de nuestra herencia musical y nuestros recuerdos: Amparanoia, Vetusta Morla, Vacazul, amigos que han hecho de Depedro uno de los proyectos musicales más atractivos de las salas españolas.
La pasada noche del 9 de abril, día en el que salía a la venta el tercer disco de Depedro, La increíble historia de un hombre bueno, una de estas salas acogía el primer concierto de la gira de presentación. En la intimidad, subido al pequeño escenario del Café Libertad 8, Jairo Zavala compartió con el público, por primera vez, las canciones de su último trabajo, con colaboraciones de primer nivel como las de los músicos Tony Allen (Fela Kuti), Joey Burns y John Convertino (Calexico), Nick Urata (Devotchka) y Bernard Fanning (Powderfinger).
Se había levantado temprano, se confesaba encantado de empezar de nuevo, y pronto quedó muy claro que no había subido al escenario para “hablar entre canción y canción” – por mucho que los buenos amigos se lo aconsejen -: estaba allí para disfrutar de un momento que llevaba esperando mucho tiempo, para actuar. Y lo hizo, y disfrutó. Y con él un público dispuesto a aprenderse los temas nuevos, a cantar los viejos con la devoción que requería el momento e incluso a animarle cuando algún verso de los recién estrenados se resistía en la cabeza de su autor, que finalmente arrancaba a cantarlos entre los aplausos y las risas de complicidad.
En el repertorio, junto a Nubes de papel, Mediodía, Miguelito o un final de lujo con su Llorona, reivindicaciones con sabor a 15M como ¿Qué habéis hecho?, temas infinitamente tristes que en su voz producen un efecto casi hipnótico e invitaciones al baile más desenfrenado con la versión de El pescador, una cumbia colombiana clásica, parte del puntito latino que nunca falta en sus discos.
Al finalizar el concierto, tras esperar respetuosamente a que se disolviera la cola de fans que esperaban para felicitar al cantante y comprar su disco, Nokton Magazine asaltó a Jairo Zavala, quien nos confesó sentirse bien, satisfecho con el disco y con su actuación: “Hemos parido y ahora hay que educarlo”. En cuanto a sus expectativas con La increíble historia de un hombre bueno, el madrileño solo quiere dos cosas: “Espero que vaya como los dos anteriores y poder seguir conociendo músicos por la carretera, llevando mi música a donde me llamen. Nada más y nada menos”. Lo dicho, a Depedro le esperan muchos kilómetros, grandes experiencias y mejores amigos.
httpv://www.youtube.com/watch?v=n8wHWuIuokQ&feature=youtu.be
La entrada para el concierto de Jairo Zavala en Café Libertad 8 tuvo un precio de 11 euros (gastos de gestión incluidos). Depedro continúa la gira de La increíble historia de un hombre bueno el 10 de abril en Valencia, el 11 en Barcelona, el 2 de mayo en Salamanca, 3 en Cuenca… pero está todo mejor explicado aquí.
Fotos y vídeo concierto: María Martín-Consuegra Loro
