Nokton Magazine - Revista cultural
¡Alerta, puede contener trazas de spoilers!
Cuando la serie sobre Sherlock Holmes de la BBC llegó a nuestras vidas, inmediatamente se hizo un hueco en la parrilla televisiva (o en la nuestro ordenador); la adaptación de las novelas de Doyle al Londres de 2012 no podía haber quedado mejor y las expectativas se superan episodio tras episodio. El día dos de enero pudimos ver el episodio navideño de dicha serie, The abominable bride; en él casi todo se desarrolla en el siglo XIX, el escenario de un Londres victoriano sienta muy bien a Cumberbatch y a Freeman, sus personajes de Watson y Sherlock se mueven como pez en el agua por aquella época.
El Sherlock victoriano mantiene la esencia de los capítulos ya vistos en cuanto a su tono, con su característico humor y esa divertida costumbre de incluir guiños a sus entregados seguidores. La serie es consciente de la expectación que genera y sabe cómo explotarla. En los primeros compases del capítulo el espectador asiste al primer encuentro entre Sherlock y Watson (ahora como podría haber sido en la era victoriana) para poner el foco después en un caso que llega a ellos un tiempo más tarde, cuando la relación entre los dos ya está consolidada. Por el capítulo también desfilan otros personajes recurrentes en la serie, todos con un atuendo y unas maneras algo distintas a las acostumbradas pero desempeñando los mismos roles que los episodios anteriores.
Sherlock está buscando internamente una explicación al regreso de Moriarty, cuya persistencia le atormenta, y para ello busca en los archivos de su cabeza para dar con otro caso de regreso de entre los muertos: el de la novia cabreada. El guión de este especial, en el corto plazo, está muy enfocado en los diálogos, las referencias, el humor, el meta-lenguaje y en cómo el papel de los protagonistas se traslada a esta nueva época figurada; es diversión y entretenimiento.
Sin embargo, a un nivel narrativo más general, la historia de la novia abominable y de las mujeres que confeccionan su plan toma relevancia temática y se une a la tendencia actual de la ficción de dar poder narrativo. La aparentemente loca y vengativa novia acaba siendo la representación de un colectivo de mujeres que se sienten ignoradas, controladas y rebajadas por los hombres, una idea que llega a su clímax en el emotivo momento en el que todas revelan sus máscaras mientras Sherlock expone su razonamiento.
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