Nokton Magazine - Revista cultural
La escena madrileña está viva y se reinventa constantemente, sobre todo, aquella que se mueve fuera de los senderos más convencionales y comerciales. La oferta es de lo más variopinta: funciones representadas en la antigua casa de una portera, teatro por entregas o micro obras de entre 15 y 20 minutos dirigidas a pocos espectadores. Todas ellas son propuestas que conciben el acto escénico como algo más cercano, donde los actores actúan a unos palmos del público y donde este último se puede sentir, en muchos casos y dependiendo de la obra, parte de la historia. Vista la buena acogida de estas iniciativas, se puede decir que los espectadores están ávidos de nuevas experiencias y, si no, que se lo pregunten a Soledad Oviedo -intérprete, docente y productora argentina- y a la valenciana Carmela Lloret – a la que el gran público ha podido ver actuando en series como Yo soy Bea o Gran Reserva: El origen– . Estas dos actrices han ido un poquito más allá, en cuanto a espacio y a experiencia escénica se refiere, con Confesiones de María, atreviéndose a representar un espectáculo unipersonal de diez minutos en el interior de un escaparate de la calle Velarde en Malasaña.
Ir a ver Confesiones de María es adentrarse, según Carmela, en “un universo muy particular”, concretamente, en la mente de la protagonista, una mujer ensimismada en sus recuerdos más íntimos. Tanto la puesta en escena –en la que el florido traje del personaje se mimetiza con las paredes del cuarto- como el discurso de la protagonista encierran mucho de onírico y poético. A la hora de crear el texto “trabajé un poco con lo que para mí fueron las personalidades de Virginia Woolf y Sarah Kane. Dos mujeres con unas mentes muy turbulentas…las dos murieron muy jóvenes, se suicidaron”, explica Soledad. La autora confiesa que ha querido que la suma de las personalidades de estas dos mujeres conformen, de alguna manera, el espíritu de María. El resultado es, como explica Soledad, “un texto muy femenino” que habla “de las cosas que nos pasan a las mujeres, de las mil cosas que pensamos las mujeres”.
A la hora de trabajar juntas, Carmela y Soledad forman un tándem perfecto. “Creo que tenemos ese diálogo que hacía falta para esta propuesta”, afirma la autora de la pieza. Anteriormente, Soledad dirigió a Carmela en la obra Amanda López Hidalgo (2012) –dentro del Festival de Teatro Despojado de La Bagatela- y, ahora, se intercambian los roles. “Al principio me entró un poco de miedo, pero me he dado cuenta de que se más de lo que creía”, comenta la intérprete catalana sobre su nuevo rol. “Por otra parte, ha sido muy fácil porque Sole es maravillosa como actriz”, añade.
Confesiones de María, que pretenden mover por festivales internacionales, forma parte del proyecto Escenas de escaparate. Sus pretensiones, “generar propuestas escénicas para uno o para dos siguiendo con la idea del escaparate” y, también, acoger propuestas de directores a los que les apetezca montar algo en este mismo formato. “La idea es que se instale como un espacio de actuación más, que se añada a la oferta”, apunta Soledad.
Fotos: Escenas de escaparate.
A nadie le sonará extraño escuchar que para ningún oficio se nace aprendido. Es una…
Isabel Romero Casas es la autora de la novela histórica El eco de mi nombre,…
Cada día son más quienes buscan que sus teléfonos móviles se limiten a llamadas, un…
Hablamos con el premiado escritor Marco Missiroli que acaba de publicar 'Tenerlo todo'.
Cuenta el escritor bilbaíno Fernando García Pañeda que una vez le dijeron a Vargas Llosa…
Sí, has leído bien. Los hijos de justo, la ópera prima del escritor Fran Ortega,…