Un año sin comprar ropa, ¿es posible?

Campaña de la firma sostenible Honest by.
Campaña de la firma sostenible Honest by.
Proponerse un reto y cumplirlo no siempre es tarea facil.

Desde que existe el fénomeno del fast fashion o, lo que es lo mismo, la cultura de la ropa de “usar y tirar”, las prendas han cambiado la forma de vestir de millones de personas. Decimos que vamos a la moda si seguimos las tendencias que vemos en las tiendas de Inditex, Mango, H&M, Primark… Hacemos colas kilométricas como quien corre una maratón para comprar esa chaqueta por 20€ que en dos temporadas habremos dado u olvidado. ¿Y todo esto de qué sirve? Hace unas semanas pudimos ver en La Sexta un programa de Salvados dedicado a la industria textil. En él, María Almazán de la firma WEARELATITUDE, dijo una frase que debería pasar a la posteridad: «No se trata de que una parte del mundo consuma a morir y otra parte produzca a morir».

¿Hay alternativas a esta forma de interpretar la moda, se puede vestir bien sin arruinarnos ni morir en el intento? ¿Daríamos más valor a las prendas? La respuesta es afirmativa, y para llegar a ese punto hay que pasar por diferentes fases de un proceso que empieza por ser conscientes de dónde se hace nuestra ropa.

365 sin adquirir nueva ropa o accesorios

Era 30 de diciembre de 2015 cuando la bloguera y estilista Cynthia Bagué, alias Somewhear, decidió que en 2016 no pisaría una tienda, física o virtual, tanto de ropa como de accesorios (bolsos, bisutería, etc.). Cynthia cuenta a Nokton Magazine que, después de los dos primeros meses, “lo llevo muy bien, me borré de todas las newsletter de páginas de ropa que seguía y así no me llega nada. De las rebajas ni me enteré”. En cuanto al proceso de adaptación: “no creo que tenga problemas, me dicen que en verano será peor, aunque no lo creo porque siempre me ciño a unas cuantas prendas básicas”.

Cynthia Bagué.
Cynthia Bagué.

Un reto como este necesita de alguien concienzudo, “yo solo tiro algo cuando está roto, hay que alargar las prendas útiles mucho y más y no tirar o vender cosas porque sí, he dado cosas de las que me arrepiento un montón”, nos cuenta Cynthia. Y nos dice una afirmación que nos viene tiempo rondando por la mente: Damos más valor a la ropa si no la tiramos a la primera oportunidad”.  El do it yourself puede ser un gran aliado en este caso, «ahora estoy rehaciendo un jersey con un montón de abalorios que tenía por casa, iré colgando algunos DIY en el blog«.

Nos cuenta también que, a raíz de su proyecto, ha descubierto iniciativas como nolotiro, donde podemos donar ropa y darla en mano. ¿Y después de los 365 días qué? “Quiero tener más conciencia, conocer marcas que trabajan de manera ética, investigar un poco; en definitiva: comprar con más cabeza”.

Reinterpretando el consumo

Una etiqueta de killing Couture.
Una etiqueta de Killing Couture.

Las alternativas existen, como hemos contado en otras ocasiones, y las hay mucho más cerca de lo que nos hacen pensar. En Madrid, por ejemplo, hemos hablado con las chicas de Killing Couture, un taller que lleva en pie desde 2012 “con la intención de promover la estética vintage, la costura clásica y los armarios de antes”. Nos cuenta que para ellas “ el low cost o fast fashion pervierte la naturaleza de la costura cuidada y de calidad . Apostamos por unas prendas especiales, con materiales de calidad, adquiridos en comercios locales y con acabados cuidados. Nos encanta la costura a la antigua pero pretendemos que sea asequible, por eso adaptamos nuestros diseños a las medidas de cada una sin coste».

A la pregunta de si es complicado confeccionar algo a mano, nos dicen: «Confeccionar una prenda es muy difícil y requiere de muchas horas de trabajo previo y formación para que salga perfecta. Nuestras clientas lo saben, aprecian el trabajo artesanal y se sienten diferentes al llevar una prenda hecha en concreto para ellas. Nosotras sentimos que con la prenda se llevan también algo de nosotras… ¡Y nos encanta!»