Tamborile 2015, y la calle se llenó de música

Después de siete años, Tamborile sigue llenando las calles de Mezquita de Jarque de música y pone la música y la animación callejera en el lugar que se merecen.

Un ritmo llega nuestros oídos desde el final de la calle y tu piel empieza a despertar. Los hombros se te van y el compás marca los movimientos de la pierna, el pie, la tibia y el peroné. Normalmente, como bien dice la canción, el movimiento se acompaña con la cabeza, el esternón y la cadera. ¿Quién no se ha visto bailando y disfrutando de la actuación de una buena banda o músico callejera? Podemos acabar siguiendo el ritmo por las callejuelas cual ratitas de Hamelin.

Aunque algunos no le den la importancia merecida, la música y la animación de calle cambia el color de nuestro paisaje, la Asociación Cultural Tamborile ha sabido ponerla en el lugar que se merece gracias al festival Tamborile, que este año celebra su séptima edición hoy sábado. La pequeña localidad turolense de Mezquita de Jarque, con tan solo 100 vecinos censados, se convierte en  capital de la música y la animación de calle en Aragón.

7467257264_3cb86db3ce_zEl festival se presenta este año con un cartel muy variado y para todos los públicos: percusión afrobrasileña,  swing,  soul, funky, rock, música klezmer, música negra o música tradicional, representados por la banda estadounidense What Cheer? Brigade;  la orquesta de balafones y xilófonos portátiles francesa Complet´Mandingue;  la banda de gaitas madrileño-gallega Lume de Biqueira;  el grupo de percusión afrobrasileña Samba da Praça; la banda de música swing zaragozana Bourbon Street Dixieland acompañados de balarines de la asociaciónZaraswing  ; la banda francesa de rock Fanfare Rockbox; el grupo valenciano de música klezmer Trocamba Matanusca; la agrupación madrileña de swing-jazz-rock Cromática Pistona y los turolenses Borumbaia. Ingredientes perfectos para componer un cóctel concebido para servirse fresco y en calle, con el toque imprescindible de la participación del público.

Un buen ejemplo de reivindicación de la música y la animación callejera, así como cómo la cultura puede suponer, una vez más, un buen motor de dinamización cultural de núcleos urbanos más pequeños. Un latido musical que llena de vida las calles de cualquier rincón del país y coloca a Tamborile como uno de los festivales de referencia a nivel nacional entre este tipo de bandas.