Una profesión de riesgo, autores suicidas

El suicidio es un tema más de la literatura y un autor puede experimentarlo en sus personajes o en uno mismo

Lo sentimos, este no es un artículo de broma de esos que nos llevan a tomar con humor las ganas de quitarnos de en medio después de superar unos días de convivencia en paz y armonía pseudo forzada. Esto es una forma de recordar a aquellos autores que bucearon en un lado oscuro de unas vidas atormentadas y que decidieron dejar de estar en este mundo. Hay quien dice que el mayor riesgo de la profesión de los poetas es el suicidio. No solamente en las carnes de uno, el suicidio es un tema más de la literatura como lo puede ser la muerte, el amor, el odio, el miedo, la tristeza, la traición o la envidia. Ha interesado a los escritores que lo han llevado a sus propio ser o lo han incorporado en sus personajes: Shakespeare con Ofelia o Romeo y Julieta, Goethe y su joven Werther o Tolstói y Anna Karenina. Las letras de estas voces geniales los recuerdan y hacen que vuelvan a compartir situaciones especiales cada vez que se les lee.

Mariano José de Larra

Empezando por casa, el nombre que acude a nuestra memoria siempre que pensamos en un autor que segó su fruto demasiado pronto es el de Fígaro, El pobrecito hablador. Periodista, pensador, activo en la crítica literaria, en la social y en la política, necesario para comprender el tardío romanticismo español. Una mezcla de desencanto de la sociedad que le rodeaba y un golpe de fracaso amoroso le llevó a situarse frente a un espejo la noche del 13 de febrero de 1837 y alcanzar el fin prototípico romántico con un disparo en la sien. En el entierro de este joven de 27 años no faltó ni un solo referente cultural de la época.

university of SalfordStefan Zweig

El austriaco de familia judía (aunque lo definía como un accidente de nacimiento porque nunca lo educaron en esa fe) fue uno de los primeros en alzar la voz contra las tropelías que veía empezar en la calma tensa Europa de entre guerras, pero también de su mano han surgido algunos de las novelas más redondas de la narrativa europea del siglo XX. La construcción minuciosa de la psicología de los personajes de sus obras llegan a unos de sus puntos más álgidos en el protagonista de Novela de ajedrez. Cultivó la crítica, el ensayo, el teatro, el periodismo y la traducción de poetas con Verlaine o Baudelaire. Los motivos que les llevaron a él y a su mujer al suicidio en el exilio fue el pavor a que la doctrina nazi se extendiera por el mundo viendo los derroteros que estaban tomando los acontecimientos en la Europa de 1942.

Alfonsina Storni

El modernismo hispanoamericano, una de las generaciones literarias que más influyeron en la literatura universal, no tendría el mismo sentido sin la figura de Alfonsina Storni. La escritora y poeta argentina fue avisando a sus más allegados del final por el que había optado una vez le diagnosticaron un cáncer del que no acabó de recuperarse. Nos quedaremos con la versión que dulcifican las canciones, Alfonsina y su soledad se adentraron en el mar de Mar del Plata hasta desaparecer un 25 de octubre de 1938. En menos de dos años se unieron a ella en el suicidio otros dos nombres imperdibles de ese periodo hispanoamericano: Horacio Quiroga y Leopoldo Lugones.

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Ángel Ganivet

El nombre que quedó en segundo plano dentro de la generación de modernistas de la literatura española. Ganivet no sufrió ningún desengaño amoroso que desencadenara lo trágico. Una mañana en la que esperaba la llegada de su mujer a Riga, cruzaba el río Dvina de la ciudad letona para ir a su encuentro. Y saltó. Las aguas le absorbieron, los tripulantes de la embarcación trataron de rescatarlo y cuando consiguieron colocarle las manos en seco, el escritor volvió a soltarse. Un símbolo de la depresión noventayochista .

Cesare Pavese

Uno de las voces claves de la historia de la literatura italiana del siglo XX. Pieza imprescindible de la resistencia de izquierdas en la Italia fascista. Editor, traductor de autores como Melville, Faulkner, Defoe, Joyce o Steinbeck, ideólogo, crítico y periodista. Se convirtió en la piedra angular de la literatura italiana tras la II Guerra Mundial gracias a la propuesta de temas narrativos como el idealismo, marxismo, la etnología tamizada con tintes de las nuevas corrientes de la psicología. Su obsesión con la soledad interior y el fracaso combinada con una elevada dosis de somníferos truncaron su vida en la habitación de un hotel de Turín.

Ian Curtis

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Porque la poesía no conoce límites de estilos o facetas culturales e inunda todo lo que toca, el alma de Joy Division, Ian Curtis, es uno de los mayores poetas malditos de la literatura británica. Lector de Kafka y de los escritores modernistas, sufría ataques de agorafobia y epilepsia y se evadía del mundo en los libros de Borroughs. La soledad anímica, su enfermedad, los fármacos y la carrera poética que no llegó a canalizar hizo que la mañana del 18 de mayo de 1980 lo encontraran ahorcado en su piso.

Todos ellos amaban enormemente la vida, pero como dijo Henri Roorda “para gozar el espectáculo hay que ocupar una buena butaca, y en la tierra la mayoría de las butacas son malas».

Fotos: thristian (cc) / University of Salford (cc)