Porque yo también he bailado en Bershka

La música invade el ambiente de las tiendas que, sabiéndolo, crean playlist muy medidas.

Atraviesas las inmensas puertas custodiadas por la seguridad, inspiras y sabes perfectamente donde te encuentras. Al siguiente paso ya sólo hay brillos ante tus ojos y la música te invade. Intentas contenerte pero tu cabeza sigue el ritmo, aprietas fuerte el brazo de quien te acompaña queriendo decir “escucha este tema” y al momento son tus brazos los que se mueven. Directos hacia una percha de la que cuelga esa prenda que estabas buscando, será lo primero que te pruebes.

La música es una experiencia y por ello el marketing ha desarrollado múltiples estrategias para unirla al consumo, el alto volumen que nos permite identificar las tiendas desde la calle es una de ellas, un volumen y un ritmo que en las tiendas de ropa más populares incita a la velocidad y al consumo de determinados productos, si suena dance seguramente apetezca comprar ropa de fiesta, mientras que en los supermercados suele ser más relajada para que se dedique tiempo a escoger. Estas estrategias comenzaron a utilizarse en la década de los 30 en Estados Unidos cuando la empresa Muzak empezó a distribuir música que incrementaba la productividad de las corporaciones. A partir de ahí se han desarrollado múltiples empresas encargadas de ofrecer hilo musical a diversas tiendas como es el caso de DMX que distribuye el sonido de los locales de H&M, Adidas o DKNY.

Ponerse unos cascos, mirar la trasera del cd, escoger el número de la canción y cerrar los ojos para disfrutarla era una posibilidad más de algunas tiendas como Bershka, pero hace años que no es posible desconectar unos minutos de la compra en la propia tienda, pero sí lo es sentirte como en la tienda en cualquier otro lugar. A falta de planes (un hecho difícil si visitas habitualmente Nokton Magazine) siempre puedes revivir una tarde de compras, o de disco, en tu casa. La mayoría de tiendas internacionales tienen listas en Spotify con los temas que habitualmente suenan en ellas, aunque muchas suelen estar creadas por usuarios que clavan la selección musical.

En estas listas es posible encontrar gran variedad de temas, inclasificables en ocasiones pero rítmicas y actuales la mayoría de las veces. Por ejemplo una de las listas que se pueden encontrar en Spotify es la de H&M, creada por un usuario recoge temas de The Brandery, Amy Winehouse, The Killers, Katy Perry, The Sounds… En otra, la de Pull and Bear, se pueden encontrar canciones de Delorean, Christina Aguilera, Regina Spektor, The Drums o The Chemical Brothers.

Algunos establecimientos buscan otros modos de poder revivir en cualquier lugar la experiencia de estar en la tienda o simplemente de disfrutar de una interesante selección. Así algunas como Desigual lo ponen más fácil y ofrecen directamente su playlist en su web. Otros como Bershka lo hacen desde una cuenta específica en Facebook.

Las diferencias entre hilo musical y club son cada vez menores, dejarse llevar por la música es un hecho habitual porque nos cambia el ánimo, influye en nuestras emociones y en ocasiones en nuestras decisiones, y poder disfrutarla en todo momento es un lujo que cada vez encuentra menos límites.

Foto: Alvimann (cc)