¿Por qué usar licencias Creative Commons? Tres ejemplos

¿Por qué usar licencias Creative Commons? Tres ejemplos
Foto: Eugene Kim (cc)
Estos proyectos defienden el uso de las licencias Creative Commons en tres sectores distintos de la cultura, cuyos modos de distribución cambiaron hace tiempo.

Los derechos no deberían equivaler a una obligación y, sin embargo, hay muchas ocasiones en las que lo hacen. Por eso, el término con el que las comunidades de software libre empezaron a referirse a los instrumentos que permiten a los creadores ejercer los derechos sobre sus obras cediendo, precisamente, esos derechos a la comunidad no se llaman, valga la redundancia, derechos, sino (en inglés), izquierdos. Es decir, copyleft.

Probablemente, de todos estos instrumentos, las licencias Creative Commons  (CC) sean las más populares. Con sede en la ciudad californiana de Mountain View, la fundación que les da nombre las ha puesto a disposición gratuita de cualquier usuario con acceso a la red, con el objeto de estandarizar y simplificar la manera en la que compartimos la creatividad. No todas las CC, sin embargo, son copyleft: que una obra esté bajo Creative Commons no significa que no tenga copyright. Este tipo de licencias permite hasta seis combinaciones diferentes para establecer qué derechos ofrecen a terceros, y bajo qué condiciones.

Lo que sí parece claro es que las reglas de la distribución del contenido intelectual cambiaron hace tiempo por diversas razones, una de ellas, claro está, Internet, y que la manera en la que las empresas editoriales han defendido tradicionalmente estos derechos se queda corta ante un panorama en el que se tarda menos en compartir un texto que en leerlo. Estos son tres ejemplos de proyectos de distintos sectores que han optado por las Creative Commons, y de cómo y por qué lo han hecho.

La Casa con Ruedas

Concierto de Neuman en La Casa con Ruedas.
Concierto de Neuman en La Casa con Ruedas.

“Investiga un poco, la música independiente que se hace al lado de tu casa ES GENIAL”. Es el mensaje que La Casa con Ruedas, foco musical y cultural de Daimiel (Ciudad Real), dirigía hace muy poco a sus seguidores en Facebook. En él explicaba que todas las canciones que sonarían antes y después de los conciertos que forman parte de su programación LCR Live para 2017 -que apuesta, sobre todo, por la escena local- cuentan con licencia Creative Commons y son de bandas de la provincia. Todas podrán escucharse, además, tanto en la web de La Casa con Ruedas como en la de Popsonic.

Ésa será de aquí en adelante la filosofía de una asociación que desde su fundación en 2006 ha participado en la edición de más de treinta discos y EP, y que ha visto pasar tanto por su escenario como por el de La Granja, el festival de folk, rock y country que ha organizado durante seis ediciones, a gente como Neuman, Ángel Stanich, Arizona Baby, Anaut, DePedro, Jero Romero y Tulsa, entre muchos otros. Una forma de entender la distribución menos restrictiva que la que suele aplicar la Sociedad General de Autores en sus relaciones con los locales donde suena música de fondo. La asociación invita a todos los creadores con un repertorio publicado mediante licencia CC a contactar con ellos para poder incluirlos en sus actividades.

Eldiario.es

El equipo de eldiario.es.
El equipo de eldiario.es.

“Si nosotros como medio usamos vuestros contenidos, ¿cómo os vamos a negar los nuestros”. El modus operandi de eldiario.es (que coincide, por cierto, con el de Nokton Magazine), lleva el uso de las licencias Creative Commons a un terreno distinto del anterior, el de la prensa escrita, en este caso, online. Y lo hace cuando todavía resuenan los ecos del cierre en 2015 de Google News en España por negarse a pagar el conocido como canon AEDE, una tasa impulsada por el Gobierno y la Asociación de Editores de Diarios Españoles que establece que portales como los agregadores de contenidos paguen un canon a los medios que citen y enlacen.

El periódico fundado en 2012 por el periodista Nacho Escolar permite que su contenido sea copiado, difundido y remezclado en la red, incluso cuando se vaya a obtener un beneficio económico de él, siempre y cuando quien lo haga también utilice una licencia CC-BY-SA y cite y enlace tanto a la fuente como al autor de la información utilizada. “Creemos en la red como ecosistema de una información libre que se difunde como bien común. Somos periodistas para que lo que contamos llegue a todas partes. […] Cuanta mayor sea la circulación de nuestra información, mayor será el retorno que recibiremos en forma de comunidad y beneficio indirecto”, explican en su licencia de uso.

Traficantes de Sueños

La reproducción y la cita tampoco han sido nunca asuntos fáciles en el sector editorial. La firma Traficantes de Sueños, que cuenta también con una librería propia en el centro de Madrid, edita textos a través de licencias CC que permiten su libre copia y descarga. Entre ellos, Copyleft, manual de uso, un libro que reúne la visión de distintos autores acerca de este movimiento cultural y político que aglutina a toda clase de creadores y trabajadores intelectuales.

Desde Traficantes de Sueños defienden que una de sus señas de identidad es su apuesta por la cultura libre: por la libre difusión tanto del conocimiento como las expresiones artísticas. “Estos saberes son resultado de la colaboración social, y bloquearlos a través de las leyes de propiedad intelectual es perjudicial para el desarrollo de la sociedad y de cada uno de sus miembros”, indican en su página web.

Tan pronto como publican alguno de sus libros, cuelgan en su web una versión en PDF para libre descarga, a disposición de la gente que quiera replicar esos contenidos. “Pero libre no es gratis”, recuerdan, “y los proyectos de cultura libre necesitan la corresponsabilidad de la comunidad”. En la editorial apuestan por ello a través, por ejemplo, de las suscripciones, que permiten recibir sus novedades y otros servicios a cambio de una cuota anual.

Fotos: Eugene Kim (cc) / LCR / eldiario.es