Por qué no nos gusta que cierre Google News

Por qué no nos gusta que cierre Google News
En este artículo explicamos por qué creemos que el canon contemplado por la reforma de la LPI es una amenaza a la pluralidad y riqueza de la información en nuestro país.

Si nada lo impide, España se convertirá mañana en el primer país occidental en el que cierra el agregador de noticias Google News. Eso significa que, después de años en línea, los usuarios españoles ya no podrán buscar en él las noticias de los medios de su país; solo podrán hacerlo con las de las publicaciones digitales extranjeras. Pero también significa otras cosas; entre ellas, un golpe digital a los medios pequeños, como éste. Y a sus lectores.

Google cierra News en España, dice, porque se niega a pagar el canon que le impone la nueva Ley de Propiedad Intelectual (LPI) por enlazar contenidos de terceros. Así que dejará de reseñar en su agregador de noticias–no así en su buscador ordinario- a los digitales nacionales, que, según lo establecido en dicha normativa, no pueden negarse a cobrar dicho canon. Éste es, efectivamente, un ejemplo de esa figura tan extraña conocida como derecho irrenunciable.

Google News es un buscador de noticias que rastrea de forma automática y constante la información de los medios de comunicación online, y se actualiza con ella cada 15 minutos. Se basa en algo que hasta ahora parecía incuestionable en la red: el derecho a citar y enlazar otras webs para compartir información no infringe la propiedad intelectual.  Si la LPI entra en vigor en enero y se mantiene, es probable que Google News no sea el único servicio de su naturaleza que cierre en España. Detrás podría ir, por ejemplo (así lo ha dicho su fundador, Ricardo Galli), Menéame, la plataforma española de inteligencia colectiva cuya portada es editada por sus usuarios, que escogen las noticias más interesantes del día, y que tantas alegrías ha dado a los editores digitales (grandes y pequeños) con sus meneos, fuente inagotable de visitas.

El mencionado canon, contemplado en el artículo 32. 2 de la LPI, es conocido desde hace tiempo como ‘tasa Google’ o ‘canon AEDE’, apodo, éste último, que hace referencia a la Asociación de Editores de Diarios Españoles, con la que el Gobierno acordó, en principio, esta medida. No obstante, tras confirmarse, la semana pasada, el inminente cierre de Google News, AEDE, a la que pertenecen Prisa, Zeta, Vocento y Godó, entre otros, y en la que no están representados los portales pequeños, pidió al Gobierno y a Europa que lo impidieran, aludiendo a la protección de los derechos de ciudadanos y empresas.

Quienes saben del tema pronostican que la desaparición de los enlaces en Google News afectará al tráfico de los digitales españoles, a los que hasta ahora sumaba visibilidad. No solo a los pequeños como éste, también al de los grandes. En diciembre de 2009, cuando venció el acuerdo entre Associated Press y Google en Estados Unidos, el gigante de Internet dejó de mostrar enlaces a los medios que pertenecían a dicha cooperativa. Un estudio realizado por Lesley Chiou y Catherine Tucker, investigadores del MIT y el Occidental College de California, mostró después que, hasta febrero, cuando se renovó el acuerdo, el tráfico web de los periódicos de Associated Press se redujo en un 20%, una tasa que se habría traducido en casi ochenta millones de visitas mensuales.

Por qué no nos gusta que cierre Google News
Actualización: Datos de visitas a los medios españoles desde buscadores de noticias. Agradecimientos a Adam Sherk.

En cambio, en el momento de las negociaciones previas a la reforma de la LPI,  los grupos de medios que pertenecen a la AEDE habrían estado dispuestos a «inmolarse» sacrificando dicha visibilidad por una causa que muchos de los lectores, que ya acceden a ellos a través de estos agregadores y no de sus portadas, no acaban de entender

Queremos elegir (y que nos elijan)

Lo que más nos inquieta en Nokton Magazine no es el futuro de Google. Tras casi dos años sintiendo en nuestras carnes el frío que sopla cuando el algoritmo del buscador no indexa correctamente alguno de nuestros contenidos (bajo cero visitas), la redacción está tranquila: sabemos que esos chicos de Google mandan mucho y que no les va a faltar de nada.

Lo que sí nos preocupa, en cambio, es que, sin agregadores de noticias, aumente el porcentaje de usuarios que, cuando quieran leer un periódico o medio digital, consulten solo aquel cuyo nombre recuerden y sean capaces de teclear en su buscador o barra de direcciones. En los a veces tan caprichosos juegos de azar de la memoria, los medios pequeños y poco conocidos, pese a nuestros lectores más fieles, tenemos casi siempre las de perder frente a las cabeceras de renombre.

Y no solo nos preocupa por una cuestión de visitas y facturación –ojo, que también: nos alivia que Google tenga ingresos garantizados con o sin News en España; ahora, como quienes apoyan el pago del canon, queremos los nuestros-, sino por lo que ello implica en el acceso a la cultura y la información de cualquier signo político y económico.

Creemos que los agregadores y portales incrementan las visitas a medios pequeños, como los periódicos locales o los blogs de información. Otro estudio, realizado con el apoyo de Microsoft por Susan Athey y Mark Mobius, de las universidades de Harvard y Iowa: los usuarios de Google News en Francia leen un 12% más de periódicos locales distintos que cuando no empleaban ese servicio. Ello supone un abanico más amplio de puntos de vista, en el que resulta más probable que no solo entren en juego los grandes grupos mediáticos y sus juntas de accionistas, sino también la perspectiva de medios y firmas que reciben sus ingresos de otra parte. Cuando, además, en servicios como Menéame, es la mano de miles de usuarios la que decide qué es interesante, un escándalo desvelado por la bitácora de un reportero local puede volverse más viral que la portada del periódico nacional de referencia.

Si, como dice el economista Gerard Llobet en un artículo en el blog Nada es gratis, lo que mueve a los impulsores del canon AEDE es, simplemente, intentar «robar el banco porque ahí está el dinero», quizás la jugada haya sido un poco burda, como demuestran los acuerdos que finalmente han alcanzado los medios con Google en países como Alemania y Francia, donde se planteaba la misma disputa que en España.

En cambio, cuando se recuerdan las necrológicas que, desde muchos medios, elevaban recientemente a Emilio Botín y a Isidoro Álvarez, sendos patrones de Banco Santander y El Corte Inglés, casi a la categoría de superhéroes, es difícil no caer en la tentación de pensar que quien manda es, demasiadas veces, también quien nos informa a través algunas cabeceras. Y si deja de haber alternativas, quizá ya no podamos escoger a nuestros propios superhéroes. Los medios pequeños, los portales, los blogs, hacen daño a los grandes cuando les roban visitas, aunque no tanto como el que hacen al poder cuando éste no puede controlar su contenido.

Puede que todo esto se le quede un poco grande a Nokton Magazine, cuya única vocación es la de atender a la amplia oferta de cultura libre y asequible de nuestro país y contar cosas que no se cuentan en las secciones de cultura de los medios generalistas. La mesa de nuestra casa se convirtió, hace ya casi dos años, en nuestro puesto de trabajo; la red, en nuestra redacción, y, las plataformas que Internet ponía a nuestra disposición, en nuestra única forma de promocionarnos. Si decimos que no al artículo 32.2 de la LPI es porque creemos en el derecho a citar y al libre acceso a la información, que es, al fin  y al cabo, riqueza cultural, y porque consideramos que, si Internet lo hacemos todos, como un día soñaron sus creadores, las reglas del juego no deberían cambiarse a beneficio de unos pocos.

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Foto: Spencer E Holtaway (cc)

1 Comment

  1. Una estupenda aclaración de cómo nos afecta la aplicación de esta tasa.
    Mientras leía el artículo me ha resultado imposible no hacer el paralelismo con la subida de impuestos y tasas que un sector de la sociedad reclama para las grandes empresas y fortunas, que como es sabido tributan de forma legal a un tipo inferior que la gran mayoría de empresas y personas; y así aumentar los ingresos del país para financiar servicios públicos y básico,s a la par que estimular la economía.
    Es curioso que las mismas personas y gobierno que asusta diciendo que esto no se debe hacer porque alejaría a los grandes capitales del país con la supuesta pérdida de ingresos y empleos correspondientes (lo que no deja de ser pendenciero cuando son las pymes y el estado los que sustentan el escaso empleo que tenemos). Sin embargo, cuando es cuestión de proteger a los grandes medios editoriales (a corto plazo, a largo está por ver), no hay incoveniente en aplicar una tasa, siendo conscientes del tremendo daño que hace a los pequeños medios (no ya a google), que como defendía antes, forman parte de ese universo de pequeñas y medianas organizaciones que sí apuestan por crear empleo, pagar impuestos, y en definitiva, estimular la economía productiva, que es la que nos da de comer, y la que verdaremente hay que proteger.

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