Solterona (Malpaso, 2016), es un ensayo que viaja sobre esa palabra maldita a lo largo de los tiempos. Desde el inicio del término para denominar a un tipo de mujer, hasta la actualidad, en la que la autora nos invita a jugar con la palabra para no verla como un lastre o un insulto, sino que abarca un abanico muy amplio de posibilidades. Kate Bolick (1972), periodista (Vogue, AD, The Wall Street Journal, Cosmopolitan, Elle, The New York Times) es la encargada de dar rienda suelta a su imaginación y a sus prejuicios; llevándonos a través de la vida de cinco mujeres, vamos saltando de una de esas “despertadoras” a otra, mientras que nos habla del feminismo, su vida, su familia, sus amantes y su trabajo.
Estas cinco “despertadoras”, como las llama Bolick, han acompañado a la escritora a lo largo de su vida y nos las presenta como hilo conductor y salvaguardas de lo que Kate querría para sí misma, y que, llegado a conseguir o no, plantea a los lectores el significado de la palabra ‘solterona’, con el fin de que le demos una vuelta, dejemos que sea la manera de designar un espacio propio para las emparejadas y una forma de reírse para la solteras…
Una manera diferente de plantear el mundo en el que vivimos, las cuatro paredes de un apartamento o tu relación de pareja.
De «se te pasa el arroz» a «solterona por elección»
El ensayo, que ha sido éxito indiscutible de ventas en USA, trata de mostrarnos que el empoderamiento es posible desde todas las facetas que podamos encontrar a lo largo de nuestra vida. Por ello, sus mujeres de referencia son tan dispares como los puntos de vista que tratan y, a la vez, se acercan en las posturas feministas y de la liberación de la mujer en un momento en el que el patriarcado imperante impedía que la mitad de la población se desarrollase intelectualmente y las confinaba en sus casas y con sus hijos. Patricia Escalona, editora de Solterona en España nos da algunas claves del ensayo:
Nokton Magazine: ¿Cómo conociste a la autora?
Patricia Escalona: Hace bastantes años, leí el artículo que se publicó en The Atlantic, en el número en el que Kate Bolick fue portada y me pareció fascinante. Después me llegó la propuesta para el libro (en términos editoriales una “proposal” o “propuesta” es el esqueleto de un libro, con estructura y temas que se tratarán y algún capítulo ya escrito que sirve para dar una idea del estilo de la autora). Nadie adquirió los derechos en aquel entonces, en mi opinión porque es un libro complicado y resultaba difícil imaginar que el resultado iba a ser tan equilibrado e interesante.
NM: ¿Cómo surgió el publicarla en Malpaso?
PE: Una vez el libro estuvo escrito, los agentes empezaron a hacerlo circular entre editores. Lo leí y lo vi clarísimo: un ensayo que consigue conjugar datos fehacientes sobre la situación de las solteras en Estados Unidos –pero en términos extrapolables a cualquier país del mundo capitalista occidental–, con la experiencia propia de la autora y los paralelismos con las cinco escritoras de las que habla.
Enternecedor, equilibrado, combativo, interesante informativo y feminista sin concesiones.
Vamos, yo no podía pedir más.
NM: ¿Te pareció interesante desde el principio?
PE: Lo leí buscando falta, no te voy a engañar. La manera en que lo publicaron en Estados Unidos, con una imagen de la autora que recordaba a Sexo en Nueva York, me despistó bastante. Sin embargo, en cuanto empiezas a leer te das cuenta de que la autora es inteligente, razonable y sensible. Sabe que habla de su propia experiencia, sabe que esta no es del todo extrapolable a la situación de mujeres que a causa de raza o clase se enfrentan a una serie de problemas inimaginables que requieren soluciones estructurales, pero hay un principio universal que sí es aplicable a todas nosotras: merecemos el respeto de la sociedad, merecemos que no se nos considere ciudadanas de segunda.
No podemos dejar que el patriarcado imperante nos relegue, nos oprima o decida por nosotras.
NM: ¿Qué tal ha funcionado el ensayo en España?
PE: Está yendo muy bien, lo cual me hace feliz. Ha servido para abrir conversaciones necesarias y nos han llegado a decir que ha cambiado alguna que otra vida. Ahora lo publicaremos en Latino América y espero que lo acojan con el mismo entusiasmo.
Las cinco despertadoras o las guías del ensayo
Neith Boyce (1872)
Un espíritu libre en una época que aún tenía que despertar, columnista para Vogue, Boyce fue la dama literaria de Nueva York. Se casó, tuvo un matrimonio abierto y siguió escribiendo. «Una chica tiene que ser soltera por decisión propia, no por necesidad».
Edna Millay (1892)
Poeta, dramaturga, feminista, fue la primera mujer en recibir el Premio Pulitzer. Millay era más conocida por Nancy Boyd, un seudónimo elegido para sus textos en prosa. Controvertida, sus textos sobre la sexualidad femenina y el feminismo hicieron de ella una figura clave en la sociedad norteamericana. Abiertamente bisexual, supuso una revolucionaria bocanada de aire fresco. La poesía norteamericana quedó marcada de por vida con ella.
Maeve Brennan (1917)
Escritora y periodista irlandesa radicada en USA, es la favorita de Bolick, durante todo el ensayo nos la muestra como su modelo a seguir, su inspiración y el querer saber continuamente cómo fueron sus pasos y cómo terminaron sus días. A lo largo del libro, vamos siguiendo la vida de Maeve a través de su biografía y de las entrevistas que hace Bolick. En Crónicas de Nueva York podemos leer las columnas de Brennan en The New Yorker, presentándonos la vida en NY durante los 50 y 60 desde la perspectiva de una mujer que pisaba fuerte allá por donde caminaba.
Edith Warthon (1862)
Escritora, diseñadora y paisajista, Warthon fue aristócrata y una de las más destacadas novelistas estadounidenses. Amiga de Henry James, su nombre no ha corrido la misma suerte, publicó casi un libro por año hasta su muerte. Su novela que mas ha trascendida, La edad de la inocencia, constituye una radiografía de los prejuicios morales y sociales imperantes en Nueva York. Adaptada posteriormente al cine por Martin Scorsese.
Charlotte Perkins (1860)
Socióloga, novelista y cuentista, también escribió ensayos y novelas de no-ficción. Los médicos le prohibieron, tras su depresión pos-parto, realizar cualquier actividad que implicase usar el cerebro. Charlotte decidió escapar de ese horror y leer y escribir a escondidas. Tras conseguir el divorcio, se comenzó a ganar la vida con sus conferencias, haciéndose conocer en el círculo social de activistas y escritoras del movimiento feminista. Durante dos décadas fue renombrada por sus conferencias sobre temas de la mujer, la ética, el trabajo, los derechos humanos y la reforma social.
