La sorprendente mezcla de Sweet Paste

Sweet Paste
Cuatro músicos, cuatro nacionalidades y una mezcla de estilos. Entrevistamos al grupo antes de su viaje.

 

Son cuatro músicos, cuatro chicos de distintas nacionalidades (Francia, Alemania y España), Dave, Quentin, Adrien y Rafa. Juntos forman Sweet Paste. Llevan ya varios años revolucionando la noche madrileña con sus conciertos, y ahora están más fuertes que nunca. Lo han dejado todo, han abandonado sus trabajos en un tiempo en el que lo fácil es aferrarse a ellos, y están luchando por un sueño, por su pasión en común, la música.

Big Mamma.
Big Mamma.

El pasado viernes ofrecieron un concierto en Malasaña, en la tienda de música Big Mamma (realmente, en la entrada de la tienda), a todo aquel que quisiera disfrutar de su música. Muchos vecinos y asiduos del barrio se pararon a escuchar y se unieron al fresquito de la noche madrileña a escuchar su disco debut.

Y como en Nokton Magazine nos gustan las jóvenes promesas y, desde luego, nos gusta Malasaña, allí estuvimos hablando con Sweet Paste, sobre su pasado y su futuro.

Nokton Magazine: ¿Cómo nació Sweet Paste?

Sweet Paste: One beautiful day, hace dos años y medio Dave y Quentin se conocieron. Dave era cantautor en Berlín y Quentin guitarrista de dos grupos britpop en Madrid. Surgió la chispa y comenzaron a tocar juntos. Pronto se les unió Adrien (batería, percusionista e inventor del shaker de monedas) y, por último, Rafa, el bajista.

NM: ¿Por qué este nombre?

SP: Con gustos distintos cada uno (pasando de Pentangle hasta China Crisis, o de los Kinks a Tool), hay claramente una mezcla de estilos, que es la paste.

Pero lo que buscan estos magnificent chicos es una música groovy, con melodías de las que te hacen dream away in the day, es decir, lo dulce. La paste y lo dulce hacen la sweet paste.

httpv://www.youtube.com/watch?v=ZrYR4fxJvAg

NM: ¿Cómo componéis las canciones?

SP: Pues la forma oficial es que Dave y Quentin tienen una melodía o una idea. Luego Adrien pone un ritmo base con Rafa y la canción poco a poco va formándose. El resultado final a veces es sorprendente.

Pero la mayoría de las veces nos reunimos para tomar un aperitivo, hacemos una jam session en casa y surgen cosas o vamos de fiesta y uno se pone a cantar para bromear y luego guardamos la idea. ¡Nos gusta mucho ir de fiesta! Lo importante es que el producto final es un teamwork de todos con cuatro toques mágicos (risas).

NM: Habéis grabado vuestro primer álbum ya todos juntos, ¿cómo fue la experiencia?

SP: Grabar es la cosa más divertida del mundo para un músico, pero también puede ser el infierno, especialmente cuando te aprieta el tiempo y duermes cuatro horas al día. Pero al final lo pasamos muy bien, con buen ambiente y ¡mucha fiesta para relajarnos!

NM: Siendo cada uno de sitios tan distintos, ¿por qué habéis decidido intentarlo en Madrid?

SP: Pues Madrid es una capital importante de Europa y como todas las capitales, está llena de gente que proviene de todo el mundo. Cada uno se fue a vivir aquí por distintas razones pero ¡Madrid y la música nos reunieron y ahora estamos como en casa! Además las chicas aquí son muy guapas y es otra razón para quedarse.

NM: Y, por último, ¿cuáles son vuestros próximos proyectos?

SP: Estamos trabajando muy duro, a nivel profesional, tenemos más y más experiencia e intentamos difundir nuestra música. Este proyecto nos ilusiona. Pronto vamos a hacer una pequeña gira en Alemania.

Tenemos muchos proyectos relacionados con el nuevo álbum, pero tenemos que guardar un poco el secreto, habrá sorpresas. Además, estamos organizando la grabación de un videoclip con la gente de Calle Sonora (Cádiz) a finales del verano.

Los chicos de Sweet Paste.
Los chicos de Sweet Paste.
Sus próximas actuaciones en Alemania serán el 23 de julio en la ciudad de Giessen, el día 24 en la sala Schokoladen  y el 26 en el Soupanova, ambas en Berlín. Tras esto, el grupo se toma unas vacaciones, volverán en septiembre. Podéis ver sus próximos conciertos y toda la información en su web, www.sweetpastemusic.com, Facebook y Twitter.

Fotos: Ana Gómez Quevedo