José Luis Cremades: «Encuentro más belleza en lo triste»

Vista de la exposición de José Luis Cremades
Hablamos con el artista José Luis Cremades sobre su actual exposición en la galería de arte Art Nueve de Murcia, 'Todo es entonces'.

La obra de José Luis Cremades (Alicante, 1979) es un atreverse a sentir desde la abstracción más absoluta. Y es que pensábamos que el arte conceptual había perdido la capacidad de emocionar, pero la pintura de Cremades, a través de un calculado proceso de disolución, nos obliga a replantearnos esta máxima. En este alejamiento de lo mimético que propone su trabajo dejamos de tocar el suelo para entregarnos a una pintura atmosférica que tiñe nuestra mirada y al mismo tiempo colorea el espacio que nos rodea. Podemos decir que el cubo blanco ya no es tan blanco. Lo que sientes ya no se mide con palabras ni refiere a objetos que puedas señalar con los dedos de la mano. Tal vez la única palabra que salvaríamos del diccionario sería levedad.

Después de haber expuesto este verano en el MuVIM de Valencia y a propósito de la reciente inauguración de su primera exposición individual en la galería murciana Art Nueve, Todo es entonces, pudimos conocer a uno de las artistas más prometedores de la escena artística joven de nuestro país (Premio BMW de pintura, Premio Ibercaja de Pintura Joven, Beca Alfons Roig, entre otros).

En la foto, el artista José Luis Cremades

Nokton Magazine: ¿Cómo es tu proceso creativo a la hora de desarrollar una exposición? ¿Me puedes explicar la técnica que utilizas? Es que me tiene fascinada esa degradación tan perfecta que logras en tus obras.

José Luis Cremades: La exposición la suelo ir gestando en base al espacio donde vaya a realizarla porque mi línea de trabajo es bastante clara y no la modifico, no hago proyectos site-specific como se suele decir. Lo que hago es ser fiel a mis planteamientos y luego seleccionar aquellas obras que creo que pueden funcionar mejor en determinado espacio. En cuanto a la técnica, en realidad es una técnica clásica como la que utilizaban los paisajistas. Son veladuras de color aplicadas con brocha gorda. En primer lugar preparo la gama de color y luego fundo los colores directamente sobre el lienzo. Voy superponiendo capas hasta que creo que está listo. Y luego aplico una más, por si acaso.

NM: Parece que en mundo del arte contemporáneo dedicarse a la pintura se ha convertido en lo extraño.  Hoy en día pintar es casi un ejercicio de resistencia. ¿Por qué la pintura? ¿Por qué la abstracción?

JLC: En la época de la facultad experimenté un poco con diferentes manifestaciones artísticas y finalmente fue la pintura el lenguaje en el que yo me sentía más cómodo. No sé, huyo un poco de las ocurrencias. Tenía bastante claro desde el principio que quería dedicarme a la pintura pero no quise renunciar a probar otras cosas. Realmente empecé haciendo pintura figurativa y las cosas empezaron a desaparecer del lienzo hasta que finalmente se quedó así. Ha sido como un proceso de depuración de ir quitando todo lo accesorio.

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NM: ¿Dónde encuentras la inspiración? ¿Cuáles son tus referentes? No sólo artísticos sino todo aquello que te hace querer pintar.

JLC: Supongo que es un cúmulo de cosas, todo aquello que te rodea, hasta el clima influye. Pero puede que la música sea de lo que más me puede influenciar. Aparte, claro está, de referentes artísticos que son muchos. Podemos empezar por Turner, Constable y Goya. Hay un par de cuadros que me inspiran: Monje frente al mar de Friedrich y La Tempestad de Giorgione. Estas obras siempre las he tenido en la cabeza.

NM: ¿A qué refiere el título de tu nueva exposición Todo es Entonces en la Galería Art Nueve?

JLC: Refiere de una manera un poco extraña a un tiempo de inflexión. A ese momento en el que se pasa de la actividad del taller al paso de mostrar la obra al público. Cuando la obra sale del taller me parece que empieza ‘otro tiempo’ para el trabajo. Y mi favorito es el tiempo del taller, claro.

NM: ¿Qué papel juegan las emociones en tu obra? ¿Es algo en lo que piensas a la hora de abordar tu trabajo?

JLC: Tal vez no de una manera consciente pero las emociones sí están ahí. Siempre me regañan porque el iPod lo tengo lleno de música muy triste. No sé si eso es definitorio de mi forma de ser.

NM: Eso me recuerda a un momento de la película Alta Fidelidad donde John Cusack se pregunta si escuchamos música pop porque estamos tristes o si por el contrario somos tristes porque escuchamos música pop.

JLC: Lo que me ocurre es que encuentro más belleza en lo triste. Y espero a que cada espectador sienta aquellas emociones que sea capaz de proyectar en el lienzo. Mi intención es crear un clima que sea adecuado para la reflexión. Es necesario tomarse un tiempo en estos momentos dominados por la velocidad. Y mi obra con esos cambios tan leves en la gama de color exige eso: un tiempo dedicado para mirar. Ya que si no te tomas ese tiempo, esa pausa, realmente no ves todo lo que te ofrece el cuadro.

N.M: En cuanto al panorama artístico, como artista joven ¿cómo lo percibes? ¿Es difícil entrar en el circuito de galerías?

Desde mi propia experiencia personal considero que es bastante difícil entrar, no sé si por mi falta de habilidades sociales o porque soy muy malo (risas). Ha sido un proceso bastante complejo. En el caso de la escena artística de Madrid, la verdad es que estoy un poco al margen. Veo las verbenas que se forman cuando hay inauguración pero luego lo real está siempre de puertas  para dentro.

Imágenes cortesía de la galería Art Nueve (Calle Gutiérrez Mellado 9, Murcia), donde se puede visitar gratis la exposición Todo es entonces hasta el 14 de enero.