Javier Muñoz: “Me he quedado corto con mi sicario, según la policía”

Víctor Clavijo en un fotograma del filme.
Víctor Clavijo en un fotograma del filme.
Hablamos con el director de 'Sicarivs' sobre cómo fue sacar de las sombras de la ficción un sicario de carne y hueso.

La oscuridad y el sigilo del crimen no fueron fruto de un encuentro fortuito. Un amigo propuso al guionista Javier Muñoz preparar un documental acerca de un asesino a sueldo. Muñoz se negó en rotundo a “colaborar” con un criminal, pero el chispazo prendió en su inventiva y se puso manos a la obra para sacar de las sombras de la ficción un sicario de carne y hueso en su estreno en el largometraje.

Su mercenario no ha resultado menos verídico por imaginado y no por desapercibido opera lejos de la realidad de esta geografía. Mora entre nosotros, muy cerca, enfundado en su perfil de vecino amable que abre la puerta del ascensor o de atractivo caballero que cede su asiento a una anciana en el vagón de tren (como la típica pieza de noticiario en la que dicen «siempre saludaba»). Un cívico con guaraña en el anverso que pernocta los límites de la sociedad, corrompida y ávida de vidas y tributos, cuando la luz se esfuma. Su silenciador atiende al “cash” sin declarar impuestos ni preguntas embarazosas. Víctor Clavijo es aquí el profesional: Sicarivs. La noche y el silencioSi su estreno se produjo en el Festival de Málaga, la veremos en salas el 15 de mayo, menos de un mes después. Hablamos con su director para que nos abra la mirilla sobre esta primera película:

Nokton Magazine: Eres autor de los guiones de Atasco en la nacional o La semana que viene (sin falta) y en la dirección has bebido de la escuela del cortometraje. ¿Cómo ha sido el trasvase del mundo del formato corto al largo?

Javier Muñoz: Complicado, pero muy satisfactorio por el resultado. Aunque terminé de escribir el guión hace 8 años y siempre he querido dar el salto a la dirección, intenté levantar la película dos veces con diferentes productores y me fueron dejando tirado hasta que hace un par de años di con la persona adecuada, que además de ser productor era amigo. Ahí ya la confianza fue absoluta y en cuanto tuvimos la participación de Televisión Española, nos lanzamos.

NM: Nadie sale airoso a la primera en el proceso de financiación…

JM: Yo siempre dije que no iba a hacer una película mercenaria, en la que engañas a la gente, le dices que ya cobrará y la remuneración nunca llega. Decidí que si no teníamos derechos de televisión, no hacíamos la película. Este requisito era fundamental porque te permiten tener una distribuidora y llegar a las salas comerciales. Ahora vamos a salir con un número de copias medio de unas 40 ó 50. Para un debutante la mejor opción siempre es TVE porque apoya mucho.

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NM: ¿Por qué el mundo de los sicarios, de la corrupción y la violencia siempre se conjuga en masculino?

JM: La corrupción desde luego. Sólo tenemos que irnos a la actualidad candente, donde la mayoría de los casos son de hombres. Buceando en datos para la película ya me di cuenta de que la noche era su territorio. Las mujeres son fundamentales porque suelen ejercer de fuente de información, testigos presenciales… pero aparecen en un segundo plano.
En mi película, la mujer tiene un papel secundario, pero argumentalmente es principal
.

NM: Cierto, el detonante de la trama es una mujer.

JM: Sí, de hecho la trama arranca cuando el protagonista es incapaz de ventilarse un encargo y debe eliminar a contracorriente en una noche a quienes le contrataron si no quiere verse muerto. Los ojos de esa mujer le provocan un resorte que le impide llevar a cabo su trabajo y todo lo que está haciendo. Pieza fundamental.

NM: ¿Cuánta verdad sobre los asesinos a sueldo has inyectado a la historia?

JM:
He hablado con policías, de los que obviamente no puedo dar su identidad, y me han dicho que me he quedado corto
. O sea, que la realidad es mucho peor de lo que presento y no sólo en cuanto a sicarios, sino en materia de corrupción policial, puticlubs, partidas clandestinas y comportamientos dudosos de políticos. ¿Entiendes ahora con que te puedes encontrar si haces un documental a fondo?

NM: La película retrata el perfil menos favorecedor de la sociedad, el veneno invisible de sus miserias y corruptelas. Vivimos desconociendo el otro lado de los recatados convencionalismos sociales, ¿no?

JM: Para mí es una de las claves de la película. En este país, tú das los buenos días a tu vecino y te libras de cualquier sospecha. Siempre que alguien mata a su mujer, a sus hijos… aparece el vecino de turno diciendo que era muy buen chico o que le daba los buenos días. Mi protagonista es un tipo amable, nadie sospecharía que mata por dinero.

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NM: ¿Desde el principio tuviste claro que querías remarcar la dualidad del personaje?

JM: Sí, para mí el mayor sentido a la película se lo da el final. Él lo dice muy claro: «¿Quién es peor? ¿Yo por matar quince personas o esos gobernantes por matar 15.000 personas todos los días?». Discutí mucho la voz en off con Víctor (Clavijo). Él no estaba seguro y yo sabía que sin ponérsela, no era más que un tío pegando tiros. Su testimonio interior le hace más humano. Nada es blanco ni negro. Él hace un trabajo fuera de lo normal, pero luego es una persona corriente. Tiene unos valores diferentes a los nuestros y en ese aspecto es honesto. En una secuencia clave le pregunta a un chico que se acerca porque ha oído disparos: “Si me miras la cara te mato, pero si no lo haces no tengo por qué matarte”. Sólo asesina por dinero, salvo en esta noche en la que transcurre la historia en la que entra en una vorágine por la supervivencia.

NM: Víctor Clavijo se mimetiza al milímetro con el personaje. Inquieta su complacida serenidad. Pareciera haber nacido mercenario. ¿Tardaste en dar con él?

JM: Como pasé por varias preproducciones, no voy a decir a quien tenía antes, pero cuando vino el nuevo productor me dijo “¿por qué no pruebas a Víctor, que a mí me parece el mejor actor de este país?” Le hice una prueba y en el casting me dio el personaje a un 80%. Lo clavó, increíble. Además, la voz tenía que tener una gran presencia a lo largo de la cinta y la suya es maravillosa. Soy afortunado con todo el reparto. Creo que tengo el mejor casting del cine español, casi, o al menos empezando por la dicción (ríe).

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NM: En cuanto al guión, contiene secuencias cargadas de sarcasmo. ¿Buscabas restar gravedad al siniestro carácter de la trama?

JM: Más que sarcasmo, humor negro. Mi curriculum está lleno de comedias porque a mí siempre me ha gustado el género y lo que empapa al personaje es cinismo. Lo necesita, le funciona, así es como ha llegado a ser el mejor sicario de España.

NM: Te atreves con terrenos pantanosos. Una timba ilegal entre un alcalde y los empresarios de turno, con prostitutas de por medio y negocios turbios…

JM: Si hubiera rodado la película hace 7 años, con la primera preproducción, no estaría tan de actualidad. Ahora ves la partida y te la puedes imaginar con Bárcenas, Rato y toda esta gente. Además, creo que el hecho de que estrenemos justo en plena campaña electoral de las autonómicas y municipales, nos viene bien para que la gente se pregunte: «¿Pasará esto en mi ayuntamiento?»

NM: El personaje susurra en uno de sus parlamentos: “Soy John Wayne en Río Grande, Tom Cruise en Collateral«. Introduces el componente verbal de la narrativa americana con la que comulga Sicarius. ¿Te sientes más empático con el cine USA que del español cuando ruedas?

JM: Sí, aunque en mi película intento no castigar al malo al final. He crecido con el cine de Scorsese y de Brian de Palma como toda la generación que creció a finales de los 70, principios de los 80.
Sé que mi Sicarivs es bastante distinta a lo que se suele ver en el cine español
. Entraría, al fin y al cabo, en el cine español de industria, aparte del género que cada uno proponga.

NM: Drive, Nightcrawler… vienen a la memoria durante el visionado de la película. Confiesas tenerlas de referencia. ¿Será por el silencio y la noche?

JM: Sí, porque en ellas la oscuridad es un protagonista más. En la mía también. Mi personaje se maneja con nocturnidad y alevosía, sumiendo en el silencio a sus víctimas. Hoy en día se hace un cine americano independiente que creo que no desentonaría ni argumentalmente ni visualmente con mi película. Debuto con la historia que quería, un thriller impactante y fresco. Estoy intentando levantar un segundo largometraje y continuaré por esta línea.