Inspirarse resulta a veces una tarea titánica. Todo trabajo creativo necesita para materializarse de un genio ejecutor que se sienta en armonía con el mundo, de unas palabras mágicas que abran la cueva de las ideas, en definitiva, de un oasis de inspiración que no se encuentre demasiado lejos. Y quien se dedique a ello sabe de qué estamos hablando, conoce la impotencia momentánea y ha saboreado luego el placer de la obra acabada y redonda.
El pasado fin de semana Nokton Magazine, medio colaborador de la Asociación de Diseñadores de Madrid (Dimad), visitó en la Central de Diseño de Matadero la recién inaugurada Cuarta Bienal Iberoamericana de Diseño de Dimad (BID 14), donde echamos la tarde del sábado admirando las innovadoras creaciones de diseñadores americanos, portugueses y españoles y preguntando a todo el que se cruzaba en nuestro camino sobre el diseño, la inspiración y el punto de encuentro entre ambos.
Bajo la premisa de que el diseño es un hecho cultural como lo es el arte, el cine o un concierto indie, los visitantes e integrantes de la Bienal, que se inspiran con manifestaciones teatrales alternativas (al calor de la crisis), con videojuegos, visitando el Guernica en el Reina Sofía o recordando Mayo del 68, coinciden, para empezar, en que la inspiración, pese a lo que pueda sospecharse, no es mentira: «No. La inspiración existe, es una forma de amar algo que es muy difícil de definir, que es como inspirar y respirar», nos cuenta Pedro Feduchi, arquitecto, diseñador y presidente de Dimad Asociación (Asociación Diseñadores de Madrid). Otros son algo más escépticos, como el director de la revista Experimenta Pierluigi Cattermole: “Creo mucho más en el trabajo que en la inspiración”, reconoce, mientras hay quien va un poco más allá: «La inspiración es parte de lo que uno tiene, si uno no tiene mucho interiormente no puede haber una inspiración adecuada«, explica a Nokton Magazine Félix Beltrán, miembro del Comité Asesor de BID 14.
Una vez que comprobamos que existía, se nos ocurrieron otras cuestiones como, por ejemplo, si la inspiración es un don que comparten solo diseñadores, artistas y creadores en general, o si cualquier mortal necesita de ella en un momento u otro de su vida. Sobre esto, hubo pleno consenso: la inspiración es para todos. Y es que, como nos explicó uno de los asistentes a la Bienal, «en realidad todos somos creadores de nosotros mismos…». Guillermo Cerezo, informático, respondía tajante: «La necesitas para desarrollar tu trabajo; si careces de inspiración, la rutina puede ser la muerte«. Por su parte, el mexicano Alonso Karel, voluntario de organización de BID14, opinaba que crear «es más una cuestión de actitud«. «Si dices hoy sí se puede, con esa actitud todo sale súper bien», nos contó.
Sobre si la inspiración es individual o es colectiva, también el público de BID14 tenía una opinión. Una de las asistentes, una joven arquitecta que atendió a nuestras preguntas, comentaba: «Creo que puede surgir inspiración tanto en la persona propia como en un buen equipo… No creo que sea una cosa o la otra». En la misma línea contestaron Raquel G. Ibáñez, voluntaria en BID 14 y licenciada en Bellas Artes, que explicaba que «en el momento en el que te estás inspirando es inevitable y siempre se tira de referencias implícitas y explícitas, de tal manera que siempre va a ser colectiva, aunque no le pongas nombre», y los creadores Sergio Ávila y Rodrigo Vara, quienes coincidían en que la inspiración «es individual pero también surge en un proceso colectivo después».
Pero ¿qué hacemos para inspirarnos? y, lo que nos provoca aún mayor curiosidad: ¿puede llegar la inspiración en los momentos más inesperados? En la vida y en el diseño hay que estar preparado para todo, o eso parece. A Manuel Estrada, presidente de Dimad Fundación (Fundación Diseño Madrid) y presidente ejecutivo de BID, la inspiración lo visita, normalmente, «al amanecer, a primera hora, lo que llaman el estado alfa, la frontera entre estar dormido y despierto«. Por su parte, a Guido Dimola, diseñador participante en BID 14, la bombilla se le enciende, irremediablemente, en situaciones poco oportunas: «Cuando no tengo nada para anotar”.
httpv://www.youtube.com/watch?v=F10JTQ1kp28
Y si la inspiración no viene sola, hay quien tiene sus trucos para atraerla. Dimola se sabe uno infalible: «Pensar en nada… Normalmente la inspiración viene cuando estás lejos de la oficina«. Para Raquel G. Ibáñez, la clave puede ser la Wikipedia: «Está siendo una herramienta a la que no damos nombre porque en el fondo es muy cutre pero a lo mejor estás buscando una cosa y vas a un hipervínculo y a otro y terminas, sin querer, encontrando historias que pueden ayudarte», explica. Gloria Escribano, coordinadora de BID 14, nos cuenta que se inspira cuando: «Vuelo, miro, y observo». También los hay que se centran en un escenario, como Marina Flores, estudiante de publicidad, que confiesa: “Ando sola por la calle para que el entorno me ayude”. Y quienes se quedan con los detalles, como la diseñadora Aída Pozuelo: “Fijarme en las pequeñas cosas, cosas en las que digas: esto necesita un cambio”.
Pedía Pablo Picasso que la inspiración le pillase trabajando. Antes de terminar nuestra agradable visita a BID14 les preguntamos a nuestros entrevistados qué momento elegirían ellos:
…Completa la frase: que la inspiración te pille:
Aída Pozuelo: “Con la ducha del baño encima (risas). Porque al final las ideas siempre salen en la ducha”.
Claudia Castañeti, diseñadora de moda: “En cualquier momento, los diseñadores somos personas que estamos muy dispersas y siempre buscamos pasión en las cosas”.
Guido Dimola: “Cuando tienes algo para anotar. Las mejores ideas vienen cuando no estás pensando en la solución del problema”.
Pedro Feduchi: «Aunque sea una frase ya muy hecha, trabajando. Y que te pille bien, en buen ánimo».
Gloria Escribano: «Abierta a lo que venga».
Más información sobre BID14:
Del diseño en la cultura: Cuarta Bienal Iberoamericana de Dimad
Fotos y vídeo: Lorena Guitérrez
