García-Alix, de artista a comisario en la XX edición de PHotoEspaña

phe-17-portada-nokton-magazine
Anders Petersen. Cafe Lehmitz © Anders Petersen
El festival de fotografía más importante de España cumple XX años y, para celebrarlo, Alberto García-Alix se quita la piel de fotógrafo para ponerse la de comisario en seis muestras muy heterodoxas.

El próximo 31 de mayo dará comienzo la XX edición de PHotoEspaña (PHE), el Festival Internacional de Fotografía y Artes Visuales más importante de nuestro país. Nacida en junio de 1998, esta cita referente con la fotografía llega a sus 20 años de historia recordándonos que hoy en día y gracias a las apps y los filtros milagrosos «todos somos fotógrafos, pero unos más que otros».

Con este lema, actividades en cuatro continentes y un total de 62 sedes repartidas por el mundo, el festival celebra su XX aniversario tras 1.500 exhibiciones y un total de 6.000 autores participantes. Y lo hace cerrando un círculo que comenzó a trazarse precisamente en su primera edición, cuando el premio Nacional de Fotografía 1999, el fotógrafo leonés Alberto García-Alix, protagonizó una amplia retrospectiva en el Círculo de Bellas Artes madrileño (CBA).

Ahora, dos décadas después, el conocido como fotógrafo de la Movida se une a la celebración pero no como artista participante, sino como comisario de seis muestras que conviven bajo un mismo título: La exaltación del ser. Una mirada heterodoxa. Para ello ha contado con «carta blanca» por parte de los organizadores de PHE17 y con esta premisa García-Alix ha buscado exactamente lo que busca en sus fotografías: la fuerza, la convulsión y lo que queda pendiente en el límite. Lo ha hecho en las instantáneas de seis fotógrafos cuyas creaciones, según sus palabras, «se alejan de la norma y se nutren de lo más íntimo y pasional».

Weinberger-phe17-nokton-magazine
‘En un círculo de rebeldes’, de Weinberger. En el Museo Nacional del Romanticismo.

Los autores protagonistas de sus exposiciones son, efectivamente, heterodoxos y exultantes en sus formas de ver el mundo. Lo son las prostitutas, proxenetas, travestis e indigentes que Anders Petersen fotografió en el Hamburgo de finales de los 60 y los autorretratos cargados de sexualidad y ambigüedad de Pierre Molinier, que estos días podrán verse en la sala Minerva del CBA. Sus fotografías se alejan de lo amable para enfrentarnos a lo que se queda en los márgenes, como lo hace Teresa Margolles en su serie sobre las prostitutas transexuales de Ciudad Juárez o el portugués Paulo Nozolino en sus composiciones verticales «sobre los lugares de la ausencia».

Por último, hacen de la forma humana su laboratorio de experimentos, convirtiendo los cuerpos en borrones violentos como Antoine d’Agata o enmarcándolos entre símbolos como el suizo Karlheinz Weinberger, que paseaba por Zúrich de viernes a domingo retratando a una generación entera de rebeldes sin causa.

Ahora todos estos personajes outsiders conviven en PHE17 gracias a la mano unificadora de García-Alix, que ha visto en ellos la mejor forma de homenajear al festival en su XX cumpleaños y de trascender en él más allá de sus fotografías.