El planeta Quijote une las ciencias y las letras

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Si todo sale bien, podríamos señalar en el cielo los planetas Quijote, Rocinante, Dulcinea y Sancho.

¿En vuestro colegio también se decía aquello de “el que vale, vale, y el que no…” (que cada cual termine la frase, me consta que según el colegio eran diferentes las asignaturas que se denostaban)? Parece que las letras y las ciencias han estado siempre confrontadas. Unas, contando historias de ciencia ficción, otras encargándose de demostrar que son imposibles. Con un poco de suerte, a finales de año podríamos empezar a caminar juntos. ¿No sería genial que, por una vez, los invasores vinieran del planeta Quijote?

No te preocupes, los sistemas educativos no han cambiado ‘taaaanto’, y los planetas del sistema solar siguen siendo los que aprendiste en primaria. Pero ¿qué pasa con el resto de sistemas, es decir, con los planetas que no dan vueltas alrededor del Sol, sino alrededor de otras estrellas de la galaxia? Hasta hace muy poco, no pasaba absolutamente nada, y es que hasta 1992 no se pudo confirmar la existencia de lo que llamamos un exoplaneta, porque no disponíamos de medios de detección lo suficientemente avanzados. Hoy se conocen 1195 sistemas planetarios.

En un alarde de pensamiento racional y científico, la Unión Astronómica Internacional había decidido no denominar los nuevos cuerpos celestes como antaño hicieran los griegos o los árabes (es decir, con nombres de deidades, e historias mitológicas que explicaran el por qué de esos astros), y por ello todos los planetas más recientes se llaman cosas como 51Pegasib, 55Cancrif, etc. Sin embargo, alguna musa debió de pasarse por los sueños de los astrónomos, que en julio de 2014 hicieron pública una convocatoria para nombrar 20 exosistemas, de entre una lista inicial de 305 exoplanetas.

Dicho y hecho, el Planetario de Pamplona, con el apoyo de la Sociedad Española de Astronomía y el Instituto Cervantes, se han puesto manos a la obra para que El Quijote tenga su lugar no sólo en el firmamento literario, sino también en el Austral. Si todo sale como ellos desean, a finales de este año podríamos señalar al cielo buscando los planetas Quijote, Rocinante, Dulcinea y Sancho.

Los cuatro personajes-planetas orbitarían la estrella Cervantes, actualmente Mu Arae; una estrella un 32% más grande que el Sol, y con 1,7 veces su luminosidad. Situada en la constelación de El altar, es visible sin necesidad de un telescopio, aunque para verla tendremos que desplazarnos al hemisferio sur. Unen las ciencias y las letras y encima nos dan excusas para viajar, ¿no son estupendos estos astrónomos?

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Así estarían dispuestos la estrella Cervantes y los planetas Quijote, Rocinante, Dulcinea y Sancho.

Ahora está en nuestras manos. Para que todo esto se haga realidad, la iniciativa #YoEstrellaCervantes necesita vuestro voto. De conseguirlo, la obra cumbre de la literatura en español se convertiría, de facto, en universal. ¿Cuántos sirios conocerían al ingenioso hidalgo? ¿Cuántos jamaicanos, de entre todos los que pueden citar el shakespeareano “ser o no ser”, podrían ubicar en la obra de Cervantes aquel lugar de La Mancha? ¡Alguien en Kuwait incluso habría oído la polémica en torno a dónde estaba enterrado el escritor! Ay, qué bonito es mirar al cielo, y soñar con los extraterrestres del planeta Quijote.

Fotos: Estrella Cervantes.