El legado de Don Juan; heredarás la risa

La compañía Oro en Paño nos hace reír con su primer trabajo, una comedia alrededor de una misteriosa y sorprendente herencia.

La risa siempre ha sido el mejor de los antídotos para, durante un paréntesis de tiempo, sacudirse de encima los problemas y evadirse un poco de la realidad. Actualmente, los medios de comunicación nos sorprenden cada día con nuevos casos de corrupción política o noticias de igual o peor índole y la gente necesita divertirse y desconectar. El simple hecho de que una obra de teatro consiga este propósito ya es más que meritorio.  Según el actor Carlos Pulido, esta sana evasión es lo que la compañía Oro en Paño ofrece con El Legado de Don Juan, una obra que ya empieza a hacer cierto ruido dentro del panorama teatral alternativo de Madrid y que le debe su éxito de público al boca a boca y a las buenas críticas recibidas en Atrapalo.com. En cada función los espectadores “se van a reír, se lo van a pasar bien… es una obra para despejarse durante hora y media y echarte unas risas con tus amigos”.

Movidos por la curiosidad, en Nokton Magazine nos hemos querido acercar a la Sala Tú – donde El legado de Don Juan está en cartel desde mayo- para comprobar si las palabras de Pulido eran ciertas, y nos hemos encontrado con una comedia sencilla, algo gamberra, que posee ciertas dosis de suspense y hasta una pizca de crítica social – con una alusión, en clave de humor, a la situación actual de la juventud española en la que, desgraciadamente, muchos jóvenes están en paro o se han colgado la banda de eternos universitarios-.

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Susana Domínguez, Carlos pulido y Juan Olivares en un momento de la función.

La trama es una alocada historia que gira alrededor de la herencia de un enigmático caballero, Don Juan, a repartir entre cuatro pintorescos desconocidos: Ana, una estudiante perpetua de teología amante de los chistes malos y que va a experimentar un despertar tanto personal como sexual; Norma, una prostituta sin pelos en la lengua, pero con buen fondo; Fernando, un ladronzuelo de pocas luces; y Octavio, un introvertido y traumatizado masajista –bueno, fisioterapeuta en busca de empleo…bueno… él tampoco da un palo al agua-. Pero ¿quién era este caballero de literario nombre? ¿Qué relación tenía con cada uno de los posibles herederos allí reunidos? ¿En qué consiste el legado prometido: dinero, tierras…? Poco a poco los personajes le irán dando respuesta a estas preguntas –con ellos también el público-, al tiempo que realizarán un descubrimiento personal.

A la salida de la función nos citamos con Pulido que nos comenta que tanto la creación de este proyecto teatral como de la compañía surgió de las ganas de trabajar juntos que tenían los intérpretes. De esta manera, Susana Domínguez –Ana- , Eva Trancón –Norma-  y Juan Olivares – Fernando-,  se embarcaron, al lado de Carlos -Octavio-,  en esta aventura escénica que ya está empezando a dar sus frutos. “Llenamos todos los días y estamos encantados”, explica Carlos, a quien le gusta comparar esta pieza teatral, por el estilo de gags y personajes, con un capítulo de Friends o de la española Aída.

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El director Guillermo Amaya le hace un breve guiño al Don Juan Tenorio de Zorrila.

Detrás de la dirección  encontramos a Guillermo Amaya, actor teatral y director de escena – mayoritariamente ópera- , afincado en Alemania y que debuta ahora como dramaturgo. Amante de las obras clásicas, aprovecha su debut como autor para dedicarle un breve guiño humorístico al celebérrimo Don Juan Tenorio. Además de esta referencia al clásico de Zorrilla, Amaya también brinda, con la escenografía elegida, un homenaje cinematográfico a Dogville de Lars Von Trier. La historia se desarrolla todo el tiempo en un único espacio, la casa del omnipresente difunto, y, salvo un sillón rojo, el mobiliario no existe. Los distintos muebles y objetos aparecen representados por líneas creadas con cinta aislante, acompañadas de textos indicativos que señalan, a los espectadores, si los personajes se encuentran ante una silla, un espejo o un retrato.

Si queréis pasar un rato ameno y comprobar si Don Juan os ha nombrado herederos de su testamento, ¡no faltéis a la cita! Todos los viernes y sábados a las 20.30 en la Sala Tú.