‘Doll&Em’: cuando los mockumentaries se hacen series

Los actores nos dejan entrar en su vida a través de un formato poco exprimido.

A menudo son las cosas más sencillas las que más nos emocionan. En literatura, contar historias profundas con magistral sencillez está al alcance de unas pocas plumas. En cine y televisión pasa algo parecido, aunque tal vez los altos costes de producción hayan tenido una vuelta de tuerca positiva, obligando a un buen montón de creadores a fundamentar sobre el poder del guión y las interpretaciones el valor de una historia, para poder contarla en imágenes con el mínimo de presupuesto. Es el caso de la mini serie Doll & Em, escrita y protagonizada por las actrices Emily Mortimer y Dolly Wells, una rareza exquisita sobre la profundidad de la amistad verdadera y la superficialidad del éxito y del universo hollywoodiense.

Doll & Em tiene una sola temporada, suponemos que sin continuidad, por cerrarse la historia de manera redonda, y por la propia naturaleza del proyecto; aunque quién sabe, bienvenida una nueva entrega si se mantiene el espíritu. Se compone de solo seis capítulos, de veinte minutos cada uno. Producida por Sky y HBO, en España puede verse en Filmin. La propuesta de partida es sencilla, Doll y Em son amigas desde la infancia, Doll vive en Londres y sufre una dolorosa ruptura amorosa, telefonea en busca de consuelo a su amiga Em, estrella de cine, que para ayudarla a salir del pozo la contrata como su asistenta personal durante su próximo rodaje en Hollywood. Los que vemos después es la historia de unas amigas que deben gestionar su insegura madurez emocional en un ambiente poco propicio para los gestos de lealtad.

Es un mockumental o falso documental en el que las dos se interpretan a sí mismas. La propuesta, centrada casi de forma total, en el humor, conjuga las claves de la comedia británica con los tics que caracterizan al cine independiente norteamericano (con leves toques de mumblecore, incluso, en determinados momentos).

emily y doll

Los entresijos de los estudios (pruebas de castings, rodajes, lecturas de guión) revelan la mezquindad reinante en un mundo poco capacitado, quizás, para las amistades duraderas. Y ahí, precisamente, es donde radica el gran acierto de Doll & Em, en ese retrato de amistad que ofrece.Esa relación casi fraternal, muy compacta, que empieza a resquebrajarse cuando es Doll la que parece robarle el protagonismo a Em en su lugar de trabajo, gracias a su gran capacidad de interrelación. Los celos, las envidias, las puyas, el todo vale en el que se convierte su amistad, reflejan la vulnerabilidad de Em; y en definitiva, la fragilidad del éxito. 

La dirección de Azazel Jacobs sigue el juego del falso documental (cámara en mano, imagen vibrante, zooms…) y centra su foco en el starsystem hollywoodiense. Para ello, confía en un guión afilado y preciso, y se nutre, además, de las apariciones y cameos de un elevado número de actores y actrices. Susan Sarandon, Andy García, John Cusack o Chloe Sevigny, entre otros, se interpretan a sí mismos sin ningún tipo de pudor hacia la broma, la parodia e, incluso, el ridículo.

Fotos: HBO