El Festival de Cannes en clave de bajo presupuesto

Algo se está moviendo en Cannes para que se le preste cada vez más atención a producciones con pocos recursos.

 

Algo se está moviendo en Cannes, el festival más elitista dentro del mundo del cine, para que se esté prestando cada vez más atención a las películas que se producen con muchos menos recursos económicos de los habituales. En el número 139 de Le magazine du Monde, que se entregó a todos los periodistas acreditados en el festival dentro de la bolsa de bienvenida, Sandrine Morel analiza el fenómeno de las producciones cinematográficas de bajo coste en España. Deteniéndose en los casos de Stockholm, de Rodrigo Sorogoyen; Gente en sitios, de Juan Cavestany; Diamond Flash, de Carlos Vermut; Casting, de Jorge Naranjo o Ilusión de Daniel Castro, se muestra bastante escéptica con los resultados económicos que presentan estas películas y considera que esto puede afectar de manera muy negativa a la industria del cine de nuestro país.

Póster de Gente en Sitios.
Póster de ‘Gente en Sitios’.

Una por una va repasando la inversión, los premios, la repercusión en la crítica y la recaudación para acabar concluyendo que las cuentas no salen. Por poner sólo un ejemplo, de los 60.000 euros que costó Stockholm (13.000 de ellos recaudados a través de la plataforma Verkami), en taquilla hasta el momento sólo se han recuperado unos 50.000, después de un período bastante largo en busca de distribuidora, a pesar de las buenas críticas y los muchos premios obtenidos. Recoge también la opinión, muy crítica, de algunos periodistas españoles y también de Enrique González Macho y Emilio Gutiérrez Caba, que en la presentación de Poder absoluto, una obra de teatro que protagonizó en los primeros mes de 2014, declaró «el sector audiovisual está paralizado totalmente. Estamos todos paralizados porque se están haciendo películas de muy bajo coste, películas “low cost”, y estamos a punto de cierre».

FLA
‘FLA’.

Pese a lo desolador del ejemplo español, es evidente el creciente interés de Cannes por este tipo de producciones. La primera muestra de ello tuvo lugar hace ya cuatro ediciones, en 2010, cuando el director de origen haitiano Djinn Carrénard pudo presentar allí su primera película, Donoma, que contaba con un presupuesto de 150 euros.

httpv://www.youtube.com/watch?v=NKZjbGUF8-4

Circula una leyenda sobre esta película que dice que el dinero se utilizó para alquilar un esmoquin (¡nada tan propio del Festival de Cannes!) que salía en unas escenas que finalmente fueron eliminadas en el montaje. En esta edición su nuevo proyecto, FLA (acrónimo de Faire: L’amour), ha abierto la 53ª Semaine de la Critique mostrando un notable e intenso retrato de la relación amorosa que un músico de rap que se queda sordo mantiene con dos hermanas.

Sin llegar a estos límites, también en estos primeros días de festival hemos podido disfrutar, dentro de la Quinzaine des Réalisateurs, de Sundays – Listen – Void – The girls and the dogs, un nuevo proyecto auspiciado por Nordic Factory.

Fotograma de The Girls and the dogs.
Fotograma de ‘The Girls and the dogs’.

Cuatro cortometrajes que juntos suman una hora y mucha frialdad, tanto en el tratamiento de la imagen como, sobre todo, en los desasosegantes personajes que transitan por ellos. Se trata de un proyecto que surge de la colaboración de ocho directores de seis orígenes diferentes (Dinamarca, Finlandia, Argentina, Zambia, Francia y Kirguistán) en el que cada película es realizada a cuatro manos. En su propia web se declara la cantidad invertida en cada película, que suele oscilar entre los 500.000 y los dos millones de dólares. No es bajo coste del todo, pero desde luego son presupuestos muy alejados de los de las películas que se presentan dentro de la Sección Oficial y de otras que, aprovechando la coyuntura, se presentan estos días fuera de categoría.

Fotos: Apaches Entertainment, Nordic Factory, ARP Sélection Coproduction.

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