Alfonso Albacete: “La mujer tiene que luchar por su libertad cada día”

Alfonso Albacete en un rodaje junto a la actriz Ana Fernández.
Alfonso Albacete en un rodaje junto a la actriz Ana Fernández.
Lavapiés es orbe de muchos misterios, todos con rostro y piel como madejas de tramas en tránsito, de las que el director y guionista Alfonso Albacete ha bebido para fraguar su primera novela.

Lavapiés, el laberíntico barrio madrileño, tan castizo como multicultural, es orbe de muchos misterios. Todos con rostro y piel como madejas de tramas en tránsito, de las que el director y guionista Alfonso Albacete (Murcia, 1963) ha bebido para fraguar su primera novela, Todo se mueve, el relato emocional de cuatro mujeres en busca de un cuarto propio entre las calles del Madrid actual, centinela de sus pequeñas conquistas y medias verdades.

Nos citamos allí, en el café del Cine Doré, un espacio evocador y de aire taciturno donde resguárdanos de la lluvia de la tarde y compartir confidencias al calor de un expreso. Sobre la mesa, hipnótica, la portada de Óscar Mariné no nos quita ojo. No obstante, sus labios están sellados.

“Todos tenemos secretos y hay distintos niveles. A veces es mejor mantenerlos en el anonimato o como escribo al inicio de la novela, ‘escondidos en los cajones bajo la ropa interior’, y otras soltarlos para liberarnos de ellos -explica Albacete, refiriéndose a esos ‘diez secretos’ que, a modo de hilo conductor, transforman y repercuten en la historia de Lisa, Laura, Samia e Hiba-. Yo los he utilizado para hablar de todos los temas que me interesaba tratar: la identidad, la libertad, el valor de la diferencia, la batalla a la intolerancia…”.

El artífice de títulos como Sobreviviré y Mentiras y gordas, junto David Menkes, o Sólo química, su última película, filmada en solitario, apunta al común denominador de su obra cinematográfica: la reivindicación de la diversidad.

Todo mi cine lo es y esta novela habla de esa pluralidad y de que precisamente ser diferentes es lo que nos hace únicos.

Se siente orgulloso cuando alguien destaca el carácter feminista de Todo se mueve. Sus protagonistas son “mujeres valientes y resolutivas”, al igual que las féminas que pueblan sus filmes. “El hombre ha nacido libre, la mujer tiene que luchar por su libertad cada día de su vida” reflexiona, parafraseando a uno de sus personajes. Y añade:

Parece mentira que sea necesario continuar explicando que el feminismo busca la igualdad. Necesitaríamos un manual para que mucha gente lo entendiese.

Recuerdo entonces en voz alta un pasaje del libro, en el que el padre de Hiba, de origen árabe, urge a la joven al matrimonio y a formar una familia.  ‘Ya tienes edad para casarte, eso sería lo normal’, le espeta. Y ella, sin morderse la lengua, responde: ‘Normal es un programa de la lavadora’. Solo hace unos días de las manifestaciones masivas del Día de la Mujer. Si hubieran podido traspasar el papel, “ellas hubieran estado allí”, me confirma Alfonso Albacete.

“En la novela las mujeres toman la palabra, como sucedió el 8 de marzo”. Y me habla de su encuentro en los Goya con Daniela Vega, Una mujer fantástica con todas las letras, tal cual versa la recién ganadora del Oscar a Mejor Película Extranjera, y de cuando el arte reta a los prejuicios e impulsa derechos civiles. Chile se encamina con paso firme hacia la Ley de Identidad de Género. Algo está cambiando.

Presentación "Todo se mueve"
Alfonso Albacete, junto a Ángelez González-Sinde, en la presentación de su primera novela, «Todo se mueve»

A nuestro alrededor, una cola de espectadores ha crecido hasta abarrotar el hall de La Filmoteca, donde se ubica la cafetería, para acceder al pase de media tarde. Observando al público, de todas las edades, le pregunto a mi interlocutor si, volviendo la vista atrás, no se siente mínimamente cronista de una época. Si en los 90, Más que amor frenesí, su ópera prima, mostraba una parcela de la generación de principios de década, bebiendo de la libertad de los 80, a principios de siglo, Mentiras y gordas, quiso trazar -en sus palabras- “un retrato de una generación pre-crisis, que vivía al máximo, presintiendo que no habría futuro al día siguiente”.

Ahora, la generación millennial, se abre paso entre las páginas de su primer libro. “Me gusta que lo menciones. No lo había pensado. Yo vivo el momento, me considero un hombre de mi época, me gusta observar cada detalle, vivirlo todo muy intensamente. No me ha sido difícil escribir sobre esto porque lo conozco”. Me interesa saber cómo describiría esta nueva generación que retrata sin miedo sobre el papel.

Los jóvenes saben que todo es complicado tras la crisis, así que han cambiado su forma de pensar, lo que hacen es darle la vuelta. Mis protagonistas también, cada una se enfrenta a sus objetivos de una manera».

Aunque Todo se mueve está conectada con la más pura actualidad, Alfonso Albacete señala que no es “una historia oportunista”. Han transcurrido siete años desde que la comenzara a escribir. Por el camino, ha firmado guiones, dirigido e incluso ha gestado una obra de teatro con la que espera estrenarse en la dirección escénica pronto.

“Me ha permitido salirme un poco del esquema de un guión, que tiene una estructura muy determinada, moverme en todas direcciones, viajar, sin preocuparme de presupuestos. Aquí estaba yo solo ante el peligro, buceando en mí mismo, para plasmar verdad en la novela. Cada ser humano tiene un lado masculino y femenino e hice un ejercicio de transexualizarme para meterme en la piel de cada personaje”, explica. ¿Es verdad que el germen creativo fue un grupo de chicas desconocidas que veías a diario en el mismo lugar? “Sí, hasta que un día desaparecieron. Pregunta por ellas, nadie sabe nada”. Un nuevo misterio en Lavapiés. ¿Sospecharán siquiera que su vida imaginada aflora entre las novedades de las librerías?

Alfonso Albacete posando
Alfonso Albacete, bajo el cielo de Madrid, un personaje más de «Todo se mueve»

Cuando se menta al recién estrenado novelista a las mujeres de su vida, admite haber estado siempre muy bien rodeado. Ha escrito guiones junto a Lucía Etxebarría y Ángeles González-Sinde y sus amigas, muchas de ellas actrices, le han prestado, regalado o han dejado que les robe -ríe- algunos de los secretos plasmados. Se puede confesar que Soledad, la entrañable abuela de Hiba y Samia y por la que siente debilidad, es un homenaje a Carmen Maura, a quien dirigió en la vitalista Entre vivir y soñar, pero me es inevitable no preguntar por el referente más próximo, la influencia materna.

“Yo he tenido una madre muy fuerte. Se me fue… No es casual que las cuatro amigas compartan la ausencia de la madre y que hayan tenido que tomar las riendas de su vida sin ellas”, comparte cercano.

Una de las tantas salpicaduras biográficas que se diseminan entre líneas y que se vertebran desde el título. “Quiero salir, me quiero ir, pero afuera llueve y dentro de mi cabeza todo se mueve”. Un clásico de Tequila que no le importaría grabar con El Cigala y Paco Ortega para la banda sonora de la novela. Hay lista de Spotify en marcha, pero el tiempo no le ha dado tregua para redondearla, entre entrevistas y presentaciones.

Si bien es conocido que Albacete cuida el fondo musical de sus películas, no tanto que compone. Polifacético, prepara el guión de una comedia, mientras una segunda novela le pide turno, rondándole con insistencia. “Todo fluye, todo cambia, nada permanece” escribió Heráclito.

Ha expirado la tarde y entrevistado y entrevistadora se despiden bajo la lluvia, con las manos frías, salvaguardados por sus paraguas. Hoy es 11 de marzo. Veo un instante alejarse al hombre que ha vivido en Madrid, Barcelona, París

Es verdad que estamos rodeados de dolor y la vida nos puede cambiar en un instante, pero de eso trata también mi novela, de encontrar el equilibrio.

Mientras bajo la calle Atocha y resuenan los acordes de Moon River en mis auriculares, observo la urbe, un poco patria de todos y territorio de nadie. Menos mal que, aunque todo se mueve, este hogar improvisado siempre nos acoge.

Fotos: Teresa Isasi, Amaya Aznar y Afiozco.